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Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva
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Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva

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Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva

CAPÍTULO 5:

PARTE II:

CAPÍTULO 6:

CAPÍTULO 7:

CAPÍTULO 8:

CAPÍTULO 9:

CAPÍTULO 10:

CAPÍTULO 11:

CAPÍTULO 12:

PARTE III:

CAPÍTULO 13:

CAPÍTULO 14:

CAPÍTULO 15:

CAPÍTULO 16:

CAPÍTULO 17:

Conclusión

Epílogo

Glosario

Recursos

PARTE I:

CONCIENCIA DE UNO MISMO

Yo era una chica que cedía su asiento a los hombres en el tren. Combatía contra niños más grandes que yo y acababa enredada en duelos dolorosos durante los recreos. Cargaba con mis propias bolsas, incluso cuando me dañaban la ya dañada espalda, y algunos jóvenes fuertes se ofrecían a llevarlas por mí. Me veía fuerte, independiente y feroz. Entonces conocí a Julián, un caballero alemán que, casi contra mi naturaleza, me enseñó que soy una reina. Él mantenía ideales tradicionales y heterosexuales, como pagar la cena y cargar con mis artículos pesados, pero más que eso, Julián me mostró lo que se siente cuando te disfrutan sexualmente durante horas. Aprendí a perder la cuenta de mis propias eyaculaciones y a poner toallas para proteger la cama sin sentir vergüenza. Me sentía francamente incómoda con las demostraciones no sexuales de cariño, la feminización y la adoración que recibía a montones. ¡Sin embargo, superé la resistencia y aprendí que es bueno ser una reina!

Me enorgullezco de ser una mujer fuerte, independiente y feroz, pero aprendí que puedo apreciar que me cuiden, me asistan o me consientan. Mi poder proviene de reconocer y respetar esas preferencias. A lo largo de los años he aprendido mucho sobre mí misma, mis necesidades y mis deseos. Esto ha incluido mi sexualidad, mi estilo a la hora de formar pareja, mis identidades sexuales y el establecimiento de límites en las relaciones. Al igual que con otras identidades, éstas tienen el potencial de cambiar y crecer, pero por ahora, estar en contacto conmigo misma me proporciona seguridad y estabilidad. Esta sección del libro se centra en descubrir e identificar el ser en relación con el sexo.

CAPÍTULO 1

Gente Almohada, Adoradores y Quienes caen en Medio


Algo importante que aprendí gracias a Julián fue que he de estar con parejas que no solo aman mi cuerpo, sino que también disfrutan obteniendo placer de él. Cuando elijo parejas que tienen pene, me considero una amante almohadón porque me encanta que me coman con frecuencia pero no me siento inclinada a practicarles sexo oral a mis parejas con la misma regularidad. Sin embargo, el placer de mi pareja es increíblemente importante para mí, por lo cual elijo parejas cuyo placer está vinculado a que yo disfrute, sabiendo que recibirán placer físico durante los actos que implican penetración. Con personas que tienen vulvas, mi identidad cambia a una de amante equilibrada porque deseo ser capaz de proporcionarles el mismo placer que me procuran, lo cual generalmente ocurre a través de la reciprocidad.

Normalmente, antes de tener relaciones con una persona, hablo con ella para evaluar sus necesidades sexuales y el estilo de intercambio en que está interesada. Para aquellos de nosotros que somos sexuales, hay un espectro de identidades sexuales ligadas al tipo de intercambio, que puede ir desde los adoradores del cuerpo / genitales / vulva / pene hasta la gente almohada (princesas, príncipes y personas). Quiero señalar que puede haber prejuicios asociados a estos términos dependiendo de dónde te encuentres en el rango mencionado, especialmente con la gente almohada. La clave es encontrar personas que sean compatibles con tu identidad sexual y consultarlas de manera regular para asegurarte de que se sientan atendidas, deseadas y apreciadas.

¿Dónde caes tú en la escala que va de la persona almohada al adorador?

Responde a cada pregunta tan honestamente como puedas. Sé realista. Es probable que ya tengas una buena idea de dónde te encuentras en esta escala, pero tal vez tengas dificultades para articularlo (¡o quizás no!). Independientemente de cómo valores tus respuestas, esta información puede resultarte útil. Quizás descubras que, en diferentes circunstancias, asumes identidades distintas. Utiliza las preguntas como una guía para determinar dónde caes en el espectro y cuál de las descripciones te parece más adecuada. Si en la actualidad no eres sexualmente activa, o sexualmente activo, utiliza experiencias pasadas o intuiciones sobre cómo puedes llegar a sentirte en el futuro.

1. Cuando te estás preparando para masturbarte, miras / lees / o te imaginas a ti mismo (o a un personaje que te representa) practicándole sexo oral a alguien.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

2. Cuando te estás preparando para masturbarte, miras / lees / o te imaginas a alguien practicándote sexo oral (o a alguien que te representa a ti en la escena).

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

3. Tu escena sexual preferida implica movimientos acrobáticos o aeróbicos por parte de todas las personas involucradas.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

4. Tu escena sexual favorita implica un esfuerzo mínimo de tu parte o un movimiento autopropulsado.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

5. Disfrutas planificar las experiencias sexuales y todas las formas en las que puedes complacer a tu pareja y cumplir sus deseos, impliquen o no un contacto genital directo.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

6. Durante el acto sexual, prefieres relajarte mientras tu pareja te complace y disfruta con tu placer.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

7. Masturbar a tu pareja, o practicarle sexo oral, te excita y te estimula.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

8. Masturbar a tu pareja, o practicarle sexo oral, te sienta como una obligación o una responsabilidad.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

9. El placer de tu pareja es importante para ti.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

10. Tu propio placer es tu interés principal.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

Resultados

Persona Almohada (Has elegido “siempre” o “con frecuencia” para todas, o gran parte, de las preguntas 2, 4, 6, 8, y 10, mientras que has respondido “nunca” o “raramente” para todas, o gran parte, de las preguntas 1, 3, 5, 7. Has elegido “a veces”, “raramente” o “nunca” para la pregunta 9).

Te gusta relajarte y que te complazcan. Ves el sexo contigo como una fuente de placer para los demás, o posiblemente no te importe el placer de los demás. De cualquier manera, una buena experiencia sexual implica que tu orgasmo ocurra a través de la atención directa. La otra persona puede llegar al orgasmo a través de un esfuerzo mínimo de tu parte o tal vez no lo logre en absoluto.

Amante Almohadón (Has elegido “con frecuencia” para todas, o gran parte, de las preguntas 2, 4, 6, y 10 y “a veces” o “con frecuencia” para la pregunta 8, mientras que has elegido “raramente” o “a veces” para todas, o gran parte, de las preguntas 1, 3, 5, y 7. Has elegido “con frecuencia” o “siempre” para la pregunta 9).

Al igual que con una persona almohada, te encanta recibir. Sin embargo, el placer de tu pareja es importante para ti y te gusta asegurarte de que esté disfrutando. Puede que prefieras que su disfrute implique menos acción de tu parte, pero te entusiasma complacer a tu pareja directamente si eso es lo que se necesita para que alcance el placer.

Equilibrado / Dar-Recibir (Tus respuestas pueden estar mezcladas, pero en general indican que te gusta dar y recibir en igual medida).

Disfrutas recibir placer sexual pero también te encanta proporcionarlo. No llevas la cuenta porque te complace dar placer si tu(s) pareja(s) siente(n) lo mismo. Sin embargo, puede que empieces a llevar la cuenta de los orgasmos que has facilitado si sientes que te descuidan. Por otro lado, puedes sentir entusiasmo ante la posibilidad de “malcriar” a una pareja (o parejas) que se lo merecen.

Complaciente (Has elegido “con frecuencia” para todas, o para la mayoría, de las preguntas 1, 3, 5, y 7 y has respondido “siempre” o “con frecuencia” para la pregunta 9, mientras que te has decantado por “raramente” o “a veces” para todas, o para la mayoría, de las preguntas 2, 4, 6, y 8, independientemente de la respuesta que escogieras para la pregunta 10).

Si bien disfrutas recibiendo placer, incluso si te lleva al orgasmo, lo que realmente te deleita es ser la causa del placer de los demás. Te apasiona y te motiva saber que puedes proporcionarle satisfacción a alguien. Disfrutas ideando formas nuevas y creativas de complacer a tu(s) pareja(s).

Adorador del cuerpo / genitales / vulva / pene (Has elegido “siempre” o “con frecuencia” para todas, o gran parte, de las preguntas 1, 3, 5, y 7 y has respondido “siempre” para la pregunta 9, mientras que has escogido “nunca”, “raramente” o “a veces” como respuesta para todas, o gran parte, de las preguntas 2, 4, 6, y 8, cualquiera sea la respuesta de la pregunta 10).

Al igual que con un Complaciente, el placer de tu(s) pareja(s) es primordial para ti. Sin embargo, aún hay más. ADORAS y te deleitas en hacer que el(los) cuerpo(s) de tu(s) pareja(s) vibren con energía sexual. Te encanta mirar, probar, tocar y oler. Puedes pasar largas horas, posiblemente un día entero, complaciéndolos y haciéndolos gemir. Cuando fantaseas o te masturbas a menudo imaginas nuevas formas de excitarlos. Para algunos, su propio placer está tan directamente relacionado con el placer que provoca a otros, que alcanzar su propio orgasmo puede ser una ocurrencia tardía.

Específico de la persona: a veces aparecen personas en nuestras vidas que provocan que nuestro comportamiento cambie. Puede que te hayas etiquetado como un Amante Almohadón, o uno Equilibrado, y cuando aparece una nueva pareja, te conviertes en un Complaciente, un Adorador o una Persona Almohada. A veces, se trata de nosotros mismos en la aventura de descubrir nuevas facetas de nuestra personalidad. Otras veces, puede estar relacionado con el olor o con las feromonas de esa persona, los sonidos que emite, su sabor o la forma en que nos sentimos emocionalmente con respecto a ella.

Quisiera añadir los roles de Demi-princesa, Demi-amante-almohadón, Demi-complaciente y Demi-adorador. He creado estos calificativos basándome en el término «demi-sexual». Describen individuos que requieren una fuerte conexión romántica antes de formar pareja con alguien. Dentro de las relaciones en las que se sienten menos conectados, pueden hallarse en cualquier otra parte del espectro.

***El término Princesa-almohada se acuñó como un insulto para la lesbiana que no tiene interés en la reciprocidad sexual, una «femme de piedra». Sin embargo, ha cambiado desde entonces. Con independencia de su género, cualquiera puede ser una Persona-almohada. Además, aunque originalmente tenía la intención de ser un mote negativo, he hablado con individuos y leído blogs sobre personas que disfrutan de la gente-almohada. Sin embargo, puede ocurrir que, si una persona ha experimentado un trauma, posiblemente no se sienta segura de participar en ciertos actos. Es importante hablar con tus compañeros o compañeras sexuales y conocer sus experiencias y necesidades. Quiero enfatizar que hay que priorizar el cuidado de los demás y aprender a dispensar esos cuidados es tarea ineludible de todos aquellos que están involucrados en una relación. ***

CAPÍTULO 2:

Entiende Tus Sexualidades

Ya hemos hablado de los distintos roles que puedes desempeñar durante una experiencia sexual (desde el punto de vista de dar y recibir). Esta sección habla de lo que te estimula. Por ejemplo, hay personas demi-sexuales que requieren un vínculo emocional para excitarse. Están quienes disfrutan de los juegos de poder y otros cuyo enfoque sexual está en determinadas partes del cuerpo, como los pies. Para algunos la atracción se relaciona directamente con ciertas identidades sexuales y para otros dichos factores son irrelevantes. Todos tenemos cosas que nos encienden la pasión y otras que la apagan. Aunque la palabra «sexualidad» se refiere comúnmente a la orientación sexual, elijo incorporar todo lo que se enumera en este párrafo, incluida la tendencia a dar y/o recibir, como parte de la sexualidad de una persona.

Hay aspectos de nuestra sexualidad, como las identidades que nos atraen, que con frecuencia están determinados antes de nacer. Con esto quiero decir que generalmente nacemos con una orientación sexual y, finalmente, cuando empezamos a sentirnos atraídos hacia los demás, es cuando descubrimos la naturaleza de esa orientación sexual. Otras partes de nuestra sexualidad pueden verse influidas por las experiencias que hemos vivido, tanto positivas como negativas. A medida que leas acerca de las diferentes identidades y experiencias expuestas aquí, abre tu mente a la diversidad y evita desvalorizar las preferencias de otros. Con independencia de que te guste, o de que lo entiendas o no, no hay excusa válida para despreciar el estilo de vida de otras personas. Puede que incluso descubras que formas parte de ciertas comunidades de las que jamás habías oído hablar. He elegido resaltar algunas de las identidades sexuales que caen fuera de la norma, porque las que ya están normalizadas son ampliamente conocidas. Te animo a que explores algunas identidades poco conocidas, o sin determinar, a medida que avanzas con la lectura de este libro.

La(s) Identidad(es) Sexual(es) de tus Amantes

La orientación sexual determina hacia quién sientes atracción. Generalmente se adquiere antes de nacer1 y se hace evidente en cuanto comenzamos a experimentar atracción hacia los demás. Hay personas que tienen claras sus tendencias desde una edad muy temprana, mientras que otras crecen y forman familias antes de reconocer plenamente su sexualidad. La orientación sexual puede convertirse en un viaje con múltiples paradas hasta que el individuo encuentra la identidad que mejor se ajusta a su personalidad. Aprender acerca de las diferentes sexualidades no cambia la tuya, pero puede suceder que te des cuenta de que tu sexualidad no es lo que pensabas que era. Es posible que te hayas considerado bastante convencional en el terreno sexual hasta que descubres que tienes tendencias traviesas. Dicha revelación no significa que te «hayas convertido» en un ser distinto.

Si un hombre cis flirtea con una lesbiana, ella sigue siendo lesbiana. Si alguien que no pertenece al género o al sexo por el que sientes atracción flirtea contigo, tu sexualidad permanecerá inalterada. Esto es causa de preocupación para algunos individuos cis-heterosexuales y ha conducido a la ira y a la violencia. La sexualidad no es un resfriado que puedas pillar. La defensa de tu sexualidad jamás debería ser una excusa para la violencia contra otra persona.

A pesar de la expectativa heteronormativa de que los individuos queer deben «descubrir» su sexualidad, mientras que la gente heterosexual sencillamente existe, lo cierto es que se trata de un descubrimiento para todos. Sin embargo, dado que la norma social es heterosexual, puede resultarte difícil reconocer tu identidad si tienes tendencias queer porque no te verás representado en la sociedad. También sucede que mucha gente asume una identidad heterosexual, lo cual con frecuencia induce a aquellos que no se identifican como heterosexuales a tener que anunciar su sexualidad, o anunciar «que han salido del armario», para poder ser vistos. Existe una mayor marginación de aquellos que no se identifican con ninguno de los componentes del par binario gay-lesbiana / heterosexual. Mientras utilizaba una aplicación de citas para mujeres que buscan mujeres, contacté con una lesbiana bifóbica. Se sentía atraída hacia mí, pero no paraba de ignorar la manera en que yo me identifico y me aplicaba sus propias etiquetas. Se la pasaba hablando sobre mi identidad y empecé a sentir que mi orientación sexual era el único tema de discusión. Incluso dentro de la comunidad queer, existe bifobia y una aversión o desconfianza hacia aquellos que se sienten atraídos por más de un género o sexo. A aquellos que no encuentran su lugar en el par binario a veces se los considera insaciables o confundidos, lo cual anula sus experiencias en el terreno de la atracción y del amor.

Si tienes curiosidad por saber dónde encajas, o por entender mejor la diversidad que existe con respecto a las identidades sexuales, echa un vistazo a la siguiente lista. Incluyo las orientaciones sexuales conjuntamente con las románticas por cuestión de espacio, a excepción de la orientación asexual y la orientación arromántica, pues quienes caen en esas categorías con frecuencia sufren más invisibilidad. La orientación sexual hace referencia a la clase de personas que te atraen sexualmente. La orientación romántica se refiere a la clase de personas con quienes te gustaría estar en una relación romántica, que puede o no diferir de la gente por la que te orientas sexualmente. Por ejemplo, algunos individuos bisexuales son heterorrománticos porque experimentan atracción sexual hacia más de un género, pero solo consideran los géneros distintos al propio para constituir relaciones románticas serias, a largo plazo.

La siguiente lista no es exhaustiva. Te animo a que continúes buscando información, especialmente si no te sientes representado, o representada.

Androsexual: persona que siente atracción hacia individuos que presentan características masculinas.

Asexual: persona que no experimenta atracción sexual.

Arromántico/a: persona que no experimenta atracción romántica.

Bicurioso/a: persona que experimenta inseguridad en su atracción hacia diferentes géneros.

Birromántico/a, Bisexual: persona que se siente atraída hacia más de un género. La definición depende del individuo, que puede experimentar atracción hacia hombres y mujeres cis y/o trans, y hacia otros géneros también. La atracción hacia diferentes géneros no necesita estar dividida en partes iguales para ser considerada bisexual.

Demirromántico/a, Demisexual: persona que requiere un vínculo emocional fuerte antes de experimentar una respuesta romántica o sexual.

Gay: con frecuencia se utiliza para identificar hombres que solo sienten atracción hacia otros hombres, pero puede referirse a alguien que experimenta atracción exclusivamente hacia los miembros de su propio sexo o género.

Ginosexual: persona que siente atracción hacia individuos que presentan características femeninas.

Heteroflexible: persona que se siente atraída mayormente hacia aquellos que forman parte del género opuesto2 pero que pueden excepcionalmente sentir atracción por individuos específicos de su mismo sexo o género.

Heterorromántico/a, Heterosexual: persona que se siente atraída hacia el que tradicionalmente se considera su sexo opuesto.

Homoflexible: persona que generalmente se siente atraída por personas que comparten su sexo o género pero que pueden hacer excepciones con individuos específicos de otro género.

Homorromántico/a, Homosexual: persona que se siente atraída hacia aquellos que comparten su sexo o género.

Lesbiana: mujer que se siente atraída hacia otras mujeres.

Panromántico/a, Pansexual: persona que se siente atraída hacia otras personas independientemente de su sexo o género.

Queer: persona cuya identificación cae fuera del espectro sexual (o de género) de los heterosexuales (o cisgénero). En relación a la sexualidad, puede incluir lesbianas, gays, bisexuales, pansexuales, etc. Se trata de un término común utilizado por las generaciones más jóvenes, sin embargo, fue antiguamente utilizado de forma negativa por lo cual las generaciones mayores tienden a evitarlo.

***

Un aspecto importante en la práctica de la sexualidad positiva es tener una buena perspectiva de ti mismo y sentirte seguro de quién eres. Durante años luché por definir mi identidad sexual. En la escuela secundaria me consideré heterosexual de un 80% a un 85% porque sabía que mi interés en Halle Berry y en otras actrices era más que admiración: era atracción. Tuve la misma conversación una y otra vez con una amiga durante años, porque no lograba reconciliar el hecho de ser queer con el de sentir aversión hacia las vulvas y vaginas. Incluso después de experimentar una respuesta semi-erótica a un masaje sensual platónico con una amiga en la universidad, seguía convencida de que todavía debía ser heterosexual porque ser bisexual no estaba del todo bien e ignoraba la variedad de orientaciones sexuales que existen. No me había dado cuenta, sino hasta estos últimos años, de que sentía una aversión similar hacia los órganos genitales en general, pero mi experiencia sexual coercitiva durante la adolescencia había normalizado los penes.

Al final descubrí que en realidad soy queer y que mi identidad puede fluctuar entre queer y pansexual. Ello significa que siento atracción hacia la gente y las personalidades independientemente de su sexo o género. Lo más fácil para mí es atraer y salir con hombres cisgénero, posiblemente debido a mi extensa experiencia con ellos, pero sea quien sea la persona con la que salga, mi sexualidad no cambia.

Mi experiencia no es única. Aquellos que consideran su identidad como pansexual, asexual, arromántica, demi-sexual u otra menos conocida pueden tener dificultades a la hora de entender y conceptualizar sus sentimientos y experiencias debido a la falta de representación y discusión en la sociedad. Esto puede ocasionar confusión, malestar y una sensación de soledad. Si no logras entenderte a ti misma, o a ti mismo, espero que la lista previa te haya ayudado a identificar alguna comunidad en la que puedas sentirse incluida. Ten en cuenta de que independientemente de que encuentres o no una etiqueta que se adapte a ti, tus experiencias son válidas. Ya sea que salgas con más miembros de un sexo que del otro, o que sientas atracción sexual hacia alguien solo cuando tiene lugar una conexión romántica profunda, o incluso si nunca experimentas atracción sexual, sigue tus instintos.

Sexo vainilla, «Kinksters» y BDSM

Recuerdo vagamente hallarme frente a la televisión cuando era pequeña y ver un episodio particular de «La Niñera». El Sr. Sheffield sujeta a Fran, la niñera, y la reprende por comportarse como un infante. La coloca sobre su regazo diciendo que, si insiste en comportarse como una niña, recibirá el trato correspondiente y le da unas nalgadas. Fran protesta y grita con su típica voz nasal pero luego parece considerar la excitación que le provoca el suceso. Recuerdo esa escena, sea que haya sido real o que la haya soñado, debido a las sensaciones que provocó en mi cuerpo. Me excitó, aunque no lo sabía por falta de experiencia. A medida que fui creciendo, me empezó a atraer la novela romántica y, más tarde, la de género erótico que se centra en el juego del poder y la sumisión.

Como feminista joven y orgullosa que era, me resultaba difícil aceptar que sentía deseos de experimentar sumisión, aunque solo fuera en un aspecto específico de mi vida. Considero que mi naturaleza es en general dominante y cuando conozco nuevas personas, éstas tienden inicialmente a describirme como dominante, agresiva y apasionada. Esta yuxtaposición me provocaba confusión y vergüenza. No ayudó el hecho de que exista un debate dentro del mundo feminista sobre si la sumisión puede ser empoderadora o si es inherentemente degradante. El argumento es que la sumisión alimenta al patriarcado y, por lo tanto, incrementa la desigualdad que experimentan las mujeres en el mundo.

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