Читать книгу Qué salvará al mundo. Poesía, prosa (Олег Штельман) онлайн бесплатно на Bookz
bannerbanner
Qué salvará al mundo. Poesía, prosa
Qué salvará al mundo. Poesía, prosa
Оценить:
Qué salvará al mundo. Poesía, prosa

5

Полная версия:

Qué salvará al mundo. Poesía, prosa

Arcipreste Oleg Stelman

Qué salvará al mundo

Poesía. Prosa

* * *

© Gennadii Ievlev, 2022

© Unión Internacional de Escritores, 2022

Poeta canónico

Sobre los poemas del Arcipreste Oleg Stelman

Hoy en día es difícil encontrar poesía que remita a los tiempos del Siglo de Oro, cuando el verso extravagente al estilo de Derzhavin con su mesura tónica reinaba en el firmamento poético. Toda la obra de Oleg Stelman hunde sus raíces ahí, en la época de las odas clásicas y los niveles más altos de concentración poética filosófica. Al mismo tiempo es curioso que no que no se sospeche de la imitación o de la estilización deliberada.

Es uno de esos poetas que se expresan de forma muy orgánica, sin afectación ni búsquedas artificiales. Esto hace que su escritura artística sea sencilla y hermosa. En la estructura estándar de su verso, en la acuñación de rimas y formas de palabras consigue encontrar flexibilidad sintáctica y dar a los versos una correcta afición rítmica. He aquí un ejemplo del poema «Rusia está viva»:

La multitud de santos en batalla espacialCon coronas de honor en sus cabezasEstán luchando por Rusia contra el malGuiados por el Zar hacia nuevas altezas.

El tema, más bien declarativo y directo, se ve aquí en una faceta precisa del canon poético, y de ahí que su efecto dirigido sólo se intensifique.

Es muy interesante una paráfrasis poética del famoso «Internacional». Este poema Stelman lo llama «Internacional espiritual». A pesar de lo arriesgado de la intención, el autor consigue el efecto que desea. El poder de la canción revolucionaria es sinérgico con sus pensamientos de hermandad y la unidad de todas las personas en virtud de la bondad y el perdón:

Nadie nos dará la redención,Ya no es espíritu ni el actor.El Señor enviará su salvaciónA los que viven en amor.

En el poema «El cocinero», Stelman se adentra en el camino espinoso de la poesía narrativa. Esta es una de las pruebas literarias más difíciles: si puedes formar un argumento comprensible en una alternancia de cuartetas, eres un maestro. Stelman lo consigue, aunque el tema y las imágenes que adopta no son sencillos. Aquí hay historia humana, y un fondo de recuerdos del autor, y cuestiones de fe y oración por los fallecidos. El poema es bastante largo pero va, como se dice, al grano. Y lo más importante es la pureza de la instancia, que es uno de los factores fundamentales de la forma.

El ciclo de poemas «Hablemos de la verdad» es una obra de monumentalidad poética. Para el autor no sólo es importante crear un conjunto en una serie de pasajes poéticos, sino también demostrar que su modo de comprender el mundo tiene derecho a existir. Dentro del ciclo, el autor crea un sistema de oposiciones semiológicas y construye series semánticas, desarrollándolas tanto semántica como entonadamente. Como resultado, varias capas filosóficas que se complementan y enriquecen mutuamente viven simultáneamente en el ciclo según las leyes del tiempo poético.

El poema «Reflexión ante el retrato de Nicolás II» no sólo revaloriza las posibilidades que esconde este género, sino que aclara mucho la visión del mismo autor y nos permite convencernos de su habilidad. Al principio del poema, Stelman hace un retrato de Nicolás con trazos ascéticos, pero muy precisos y psicológicos:

El retrato hecho con pintura gris,De forma simple y cariñosa,El Zar vos mira como padre. DirigísMiradas a su postura tan endiosa.Uniforme de gala, cordones militares,Galardones, placas de honor,Los himnos y canciones titulares…Pasó el tiempo ganador.

Es como si un rostro familiar, el rostro de un santo, nos estuviera mirando. Hay tanta armonía aquí que uno quiere releer estas líneas sin parar. El autor crea una constante de toda la obra, una exposición, un impulso. Y luego evalúa todo lo que sucedió en Rusia por la muerte de Nicolás II, la catástrofe diabólica que le sucedió al país y a cada ciudadano, que traicionó al ungido de Dios.

En un instante, el orgulloSe apoderó de multitud,Un hijo santo, en barullo,Perdió su mente en solitud.Fue matado el juramento,Surgió engaño y dolor,Muerte, fallo, sufrimientoEstá en todo esplendor.Gentío rugiente y ardiente,Ansiado por poder vivirSin Diós ni presidente,Por su destino elegir.

La tensión crece en el poema con cada cuarteta. El autor combina elementos del realismo poético con la fantasmagoría, y la imagen del zar, como un semblante, se eleva por encima del texto y sus personajes:

El Zar rogó: «No sean vengativos.Soy yo quien asume la culpa.Sólo el Señor les deja vivosMis méritos y así me disculpa».Reza con ojos llorosos:«Perdona a los engañados,Encantados por bienes lujosos,Perdona a todos alzados».

Para Stelman, la fuerza radica en el perdón, en la alteza del espíritu, no en la búsqueda de culpables ni en la venganza. Sabe que nada es más importante que la fe. Y su capacidad de persuasión es impresionante:

Insensatas las lecciones de historia.Pero nos asciende el amanecer.Guardando al Señor en su memoria,Recordarán a zar de Rusia al atardecer.No hay fruta sin rabillo.Tal como dice el Señor:Dejemos campo sin rastrilloHasta el juicio, a lo mejor.

Todo el poema está escrito en verso yámbico cuadrangular, pero se ha evitado la tentación de una simetría excesiva. El verso es flexible, narrativo hasta cierto punto, pero lleno de imágenes. Y, lo que es más importante, que en cada línea el Señor vive y brilla con su verdadero poder libre. Y todo ello, repito, sin un afán destructivo de experimentación, en el marco de la milagrosa estética del clasicismo ruso, que, quizás, es la única que tiene una posibilidad real de resurgir.

Maksim Adolfovich Zamshev, redactor jefe de Literaturnaya Gazeta


Poesía

En pesebre

En el pesebre lleno de amorEl Dios nonato llega a nacer.Prepara todo el interiorPara lo divino proteger.Con su amor nos quiere abrazar.En su aspecto es de igualA un amigo o un familiar,Nuestro padre espiritual.Él tiende manos hacia tiPara ser un solo porvenirDel claustro materno y asíHasta el día de morir.Entrando en el río de Jordán,Asume los pecados de nación.Quizás un día le dirán:Hemos hallado salvación.Nos hace todo sin pedirNingún favor a trueque.Debemos juntos conseguirQue su amor no seque.

Paloma de la paz

Vuela, mi paloma, por encimaDe las aguas lavadas por Señor,Nacidas de la alta cimaY nos quedadas en favor.Quitados los pecados por crecida,Salvando el alma del enfermo,Para que sigamos nuestra vidaSin convertirla en un yermo.Mira, mi paloma, por lo alto,Tal vez los montes suben en el cielo,Si podemos dar un saltoSin morirnos en el suelo.Has traído rama de olivoQue sea símbolo de vida,Que sea signo positivoPara etnia herida.Vuela más, vuelve a mirar,¿Dónde el arca flota?¿Está allí algún lugar,En que descansa la gaviota?Deprisa, llevamos esperandoNoticias de afuera.Períodos iban pasando,Jamás el ser viniera.Así Señor habló con NoéEn vez del ser muerto.Le dijo a la gente queSaldría al puerto.

Arco iris

Tembló Noé al oír el trueno,Se puso a chaparrear,Su hijo dice: «Padre, bueno,No hay más que esperar.¿Nuevo aluvión el Dios predice?¿Y cuál será destino?¿Qué el Creador nos dice?¿Cuál será camino?»«Levántate y mira al cielo,Allí nos brilla la señal de luz.Se derretirá el hieloY aparecerá la cruz.Hijo mío, vete yaReune los hermanosY cada uno deberáHacerse cargo de mis planos».A los llegados dice él:«Mirad vosotros, allá brillaEl arco iris como ángel,La verdadera maravilla.Lavó crecida todo el suelo,De nuevo es nacido.Señor entrega el consueloAl mundo tan sufrido.Si tiene ganas de lloverAl suelo otra vez,Ni una gota va a caer.El arco iris es el juez.Pues, mi deber es ilustrarNuevas reglas a seguir.Jamás habrá un familiarQue sin Dios se atreve a vivir».Así tomo la taba hijo:«¡Oye! Padre, si por finDentro de un tiempo fijoLa fe se cae en motín.Al igual que era antes,Volvemos todos a pecar.Así que todos los restantesDerruirán ya su hogar.¿Podrá el Dios romper el pactoTan grande, santo y eterno?¿ Cuál será siguiente acto?O nos espera el infierno?»«La omnisciencia divinaSerá la cura de su mal.Pero tenemos otra medicina —La redención fundamental.En las nubes dada la gloria,La unión del cielo y tierra.Siete colores parecen a noria,Símbolo del fin de la guerra.Por ahí se eleva una paloma,Tranquila, calma, relajada.El Paraíso huele de aroma,Descansa la tierra cansada».

Bautismo de Jesús

El mar ha visto y ha huido, el Jordán se ha vuelto…

Dios mandó que el profetaEl pueblo bautice en el río,Que avise al planetaY se deshace de lo sombrío.Como un trueno en desierto.La palabra llegó a la gente:«El reino de Dios se ha abiertoPara esclavo y para gerente.Camino abierto a todos,Si con silencio son amigos,Si no tienen ningunos apodos,Si de la alteza son los testigos.Arrepintiéndonos en puro,Confiándonos en el Señor,Sigámoslo con dignidad, seguro,Multiplicando su amor.Nadie anda desbocadoPor el camino hacia Dios.Con agua del Jordán lavadoDile gracias y adiós.No te opongas al destinoCon tu astucia y marullo.La verdad sea tu camino,Y olvida del orgullo.Árbol cortado con hacha.Árbol sin frutos ni flor,Cortado con ira y racha,Quemado su exterior».La gente apuntó en colaAl río desde todos los lados,Y él con diestra solaPromulgó las leyes dadas.«Con agua os bautizo,Pero el que tras está,Bautizará con vis macizo,Su bendición ofrecerá.Porque yo soy soldado mero,Preparo su camino bien.Y una cosa la que quiero —Servirle de sostén.Él toma pala en su mano,Por limpiar de todo, recogerEl trigo como ser humano,Luego la paja componer».Al otro día San JuanNotó el porvenir de Cristo:«Aquí está, con su afánPor todas partes visto.El gran Cordero en persona vieneSacrificar su cuerpo, corazón.Al levantarse, se empeñeEn seguir con su función».Señor se acerca al profeta,Se agacha en resignación:«Hijo mío, cumple con tu meta,Educa toda la nación».Profeta toca al CorderoSe mete en las aguas de cristal.Tomó pecados, Cristo meroOyó la voz fundamental:«Tú eres mi amado hijo,Para todos un placer».El Padre lanza el crucifijoY su señal al amanecer.Volando cerca del SeñorCon alas blancas de paloma,Luciendo rayos de color,Detrás de nubes se asoma.La naturaleza toda consternada,Al ver el fin divino,Las aguas paradas,Fluyendo a otro destino.Y el mar salió de su bocaA ver lo que pasó.Vio solo una roca,Por eso se huyó.Le miraron con respetoLos testigos del milagro,Dispuestos a seguir el retoA pesar de su sabor amargo.Y San Juan en voz agudaRompió el silencio pesado:«Él me mandó, no tengáis duda,A revelar secreto elevado.Al Espíritu Santo lo he visto,Se cernía por encima.Lo predijo Jesucristo.Su palabra nos anima.Ahora tengo que partir,Él ya está en su camino,Mi propia ruta quiero elegir,Seguir mi propio destino».

El mandamiento de Cristo

A los apóstoles el instructóPara el pacto de nueva Pascua,Con su amor manifestóEn su alma ascua.Él sabe, ya llegó momento,El caso último del día,Jamás se siente su aliento,Será el fin de alegría.Dejo la cena y se marchóY se quitó vestido,Tomó toalla y comenzóLavarse en seguida.Comienza ya lavar los piesDe sus queridos aprendices.Con toalla seca, pues,Haciéndolo felices.Se acerca a Simón Pedro:«Dame tus pies, hermano»Apóstol dice bajo cedro:«Señor, no con tu mano.Pues el amo tiene esclavosQue laven pies impuros.Y somos tus amigos bravos,Te apoyamos en torturas».«Lo que hago yo ahora,Entenderás más tarde,Si no te lavo esta hora,Te nombraré cobarde.Nada tú tendrás conmigo,Lo que hago para hijos míos.Esto es todo, yo te digo,Oye tú sin otros líos».Entonces Pedro le boquea:«Señor, no sólo pies,¡Incluso manos, testa, lo que sea!También me lava si querés».«Solo pies les quedan al lavadoY ya lo tiene todo puro.Todos puros por mi lado.Solo un ingenio oscuro.Si me consideráis comoSeñor o su Maestro,Entonces, haced todo con aplomoLo que os muestro».Tras oír a los discípulos hablarQuién es el más grande entre ellos.Quien está en primer lugarMás venerado de aquellos,Así les Cristo narra:«Los reyes establecen orden,Con su poder lo bien agarran,Reprimen el desorden.Es un benefactorAsí la gente elogia.El rey es siempre superior,Y no hay otra demagogia.Si quieres ser mayor de fila,Trabaja como cautivo.Debes ser el más tranquilo,Para todos efectivo.Es una creencia común,Que el que está más alto,Y el menor, no hay razón ningún,Obsequio no le falta.Y yo estoy en medio de la gente,Me erijo como un criado,De Dios aquí soy procedente,Con su amor llegado.Os doy mi mandamiento,Amaos todos juntos,Os reconocerán, lo cuento,Por su futuro soy difunto.De la fe es fundamento,Aquí se basa el derecho,Estoy en medio del argumento,Vosotros – su buen techo.Os doy amor sincero,Para vos será legado,Es la razón por la que muero,Y es así fue pensado.Será mi pena, mi calvario,Y para las generaciones,Muere mi amor en santuarioY resucitará por todas las regiones.Soy víctima, al poco ratoEl fin de vida.El día de mi asesinatoSerá dolor perenne.Por vosotros lo hago todo,Guardad mi mandamiento,Pues que todo este lodoSe quede ya sangriento».Le acompañaba JudasCon gente exultada.Con espadas ya agudasLo traicionó por madrugada.El diablo terminó su redDe corazones venenosos.No sabía su merced —Con actos maliciososA sí mismo red preparaY este accidente.Su ruta propia declara —Su fin se divisa frente.

Hablemos de la verdad

ICada mente, tarde o temprano,Busca el sentido de vida terrenal.Y con bondad todo el humano,Anhela la verdad eventual.Es muy valioso para corazón y mente,Conocer la esencia de todas cosas,Abrir la puerta del conocimiento,Elegir verdad, saltando materias ansiosas.Hay infinidad de caminos terrestrales,Y sólo uno que lleva a la verdad.Muchos irán sin objetivos como tales,Pese a que el camino sin oscuridad.Cada día, como si fuera un combate,Tomando decisión más fuerte…Con la verdad que una vez te mate,O con mentira que te salve de la muerte.Tiempo pasa, superando las tormentas,Saludamos la edad de la sabiduría cana.Ya no esperamos vidas opulentas,Porque desconocemos que será mañana.II – MentiraMentira es una serpiente venenosa,Como el ron que embriaga a la mente,Parece a la evocación tan poderosa,Que tiene su hogar en mucha gente.La mentira siempre esconde primacíaY lucha por el poder, sin brega,Oculta cara tan sombría,Nos vela con mirada ciega.Esa siempre difama la verdad,Y a ella misma: «¡Mira, soy un santo!»Es el actor en cualquier fatalidad,Por tal «verdad» matará a un infante.Lanza las palabras más melosas.Cada mentira – señor de elocuencia.Con su voz teje red maravillosa,Pues, la gente pierde su conciencia.De igual, fluirán arroyos sangrientos,Destruirán la mente y razón,Y otra vez nos matan sufrimientos,¿Quiénes somos? No hay versión.III–VerdadVerdad no tiene ni color ni gusto,Como el agua del manantial.Así es curativa y robusta,Y tiene un sanativo potencial.Verdad es muy humilde y modesta,Solo puro corazón la bien entiende,De buena fe es compuesta,Jamás un embustero la pretende.No le hacen falta las cruzadas —Sangre y fuego son ajenos.Murmura: «Esconded armada,Sed con verdad serenos».La verdad no pega, ni humilla,En ella se refugian los amores,Vive como en horrible pesadilla,Y toma sobre sí todos los temores.La verdad no arde, no envejece,A veces sólo duerme par de días,Al tercer día, de nuevo ya floreceA los creyentes regalando alegrías.IV – ObjetivoMentira tiene el mismo objetivo,Un día, buscar humano en el paraíso,Accionada por el mal motivo,Quiere que sea su sumiso.Desde entonces y hasta este día,Borracho de sueños vanos,Pues a Dios sustituiría,Siguiendo fines sus paganos.Con espejismos, humo y fuego,Embriaga con ficticia belleza,Lo hace al pueblo ciego,A los rastreros encabeza.Deshereda a los hijos santos,El buen padrastro sabe lo que hace:Les arroja al abismo, por lo tanto,Prisión eterna les amenace.VVerdad tiene el mismo objetivo,Al paraíso lo coloca a AdánPara mantener el buen motivo,Guardar fidelidad y buen afán.A pesar de múltiples caídas,Agravios, calumnia y vanidad,Dios desea lo mejor a todas vidas,A todos habla con igualdad.Para que la gente instructadaCon la verdad, amor y sencillez,Revele el ardor en su mirada,Y refleje la divina lucidez.En tal unión bendita con Señor,Del alma renovando la armonía,El hombre encuentra el CreadorY toda su divina poesía.Para saborear el don eterno,Conocer la filiación de Cristo,Hacer un paso fuera del infiernoHacia lo que fue previsto.

Qué salvará al mudo

Muy a menudo razonamos,¿Qué salvará al mundo?Con abstracción consideramos:Lo salvará el amor fecundo.Quizás lo salve del dolor.¿Pero a qué nos referimos?De los benditos el pastor.Sin duda, todos resumimos.Al olvidar al creador del universoY leyes que allí existen,Los hombres con el cor perversoEn esta tierra coexisten.Y a pesar de todo esto,Dios se apiada de la gente,Así nos manda el manifiestoQue nos cambiemos finalmente.Desterremos la ceguera y el sueño,Salgamos del letargo execrable,Por la verdad, por nuestro dueño,Tomemos decisión más aceptable.Como la madre cuida a su niño,Dios se preocupa por cada uno.Nos alimenta, nos trata con cariño,Cada día nos trae desayuno.Pero habrá alguien que tenga duda:«Yo mismo busco la comida,Si por la mañana necesitaré ayuda,¿Entonces quién salvará mi vida?»Por supuesto que es correcto,Pero mira a tu alrededor,Al mundo hecho sin defecto,Desde aquí tomamos lo mejor.¿Cómo te imaginas al Señor?¿En qué te gustaría confiar?¿Qué tú seas superior,Y él te debe alabar?¿Un vino tino? ¿O bien una cerveza?Que traiga un asado o langosta,Y tú lo comes, que nobleza.Que lleve de tu piso toda bosta.Y tú estás en toda ondaSoportando la Real,Vigilando bien tu fonda,Un farolero espiritual.Dios no ama a los perezosos,E incluso el antepasado AdánEra uno de los laboriosos,Y Dios Padre trabajaba con afán.Sagrada Escritura nos revela:Seis días labró nuestro Creador,Hizo entero mundo con cautela,Al séptimo, restó un rato el Señor.Dime, ¿no es un encantoQue el sol sale al amanecer?No es nuestra valoría, entretantoSeñor nos brinda su placer.¿No es glorioso por atardecer?De la luna o la nube en el cieloY estrella que parece a mujer,Adornada de vestido terciopelo.La tierra nos cultiva trigo,Cosecha de cebolla y de col,La lluvia es su buen amigo,Que da comer a todo caracol.Y hay muchos peces para elegir,¡Es maravilla cada don marino!Y de la tierra podemos producirMetales y todo tipo de platino.Aceite, diamantes, otros dones,Gas, el mármol y cemento.Hay multitud de varias opciones,Pero recuerda el manifiesto.Pues, no se vive bien en paz,No nos agradan las pasiones.No se convive en orgullo rapaz,Hasta que se rompan tentaciones.De ahí el odio y malicia,De ahí envidia, difamación,La perfidia nos auspicia.Cada uno ya en su prisión.Brindando guerras, muerte, destrucciónY lágrimas de las viudas como un río.De todo eso no habrá liberación,Dolor ajeno pues es un baldío.Por eso yo estoy hablando,A eso me refiero oración:Cristo salvará al mundo. Llorando,Lo inmortalizarán con religión.Estoy seguro, se reanima,Al oír el llanto del Señor,La gente deja su esgrimaY todo se rellene de vigor.Y se preguntan: ¿Cómo es posible?¿No creo, cómo se producirá?Hay solo una regla apacible:Con amor – todo crecerá.Padre de familia no debe fornicar,Será marido de la misma dama,Sin oprimir, reñir o pelear —El guardián de mera trama.La madre, como la paloma mansa,Viviendo para su marido, su filiación,Tras de obrar, un poco ya descansa,A todos mira con satisfacción.La gente con piedad amableSe vivirá en paz y harmonía.Se establece posa formidable,Ardid perece en agonía.El fin de guerra, fin de robo,Alianza de amor, de bendición,Así por todo nuestro globoSe extenderá divina concepción.Jardín florece de alegríaDe los tontos y los listos.Regresará del cielo poesíaA los padres que fue previsto.Oíd, pueblos, esa voz eternaDel hijo de nuestro Creador.Recibid su vocación más tierna,Haceos su sereno sucesor.

No somos huèrfanos

Vivimos de recaudos mundanos,Y viviendo ya el otro día,Nutrimos de bienes humanos,Sin divina filosofía,Al adjudicar la luz divinaComo si fuera suya,Hasta el fondo la arruina,Todo lo que se incluya.Se compiten como reyes,Aprenden leyes con altivo.Ahí ellos mismos como bueyesSiguen sus vidas sin motivo.Somos cenizas de la tierra,De la que Dios nos ha creado,Nuestro mérito aterra,En vano Dios lo ha dejado.Cualquier humano en su lugarDestrozaría el globo con su brazo,Con ese miedo nuclear,Serán esclavos en corto plazo.Y Dios lo hizo en otro caso —Envió a su amado Niño,Sin miedo por cualquier fracaso,Deseando paz al ser vecino.Sin castigar, sin destruir —Sino ayudar a conocer su alma,A esta gente ya servir,Guiar al cielo con su palma.La esclavitud es otra cosa,Nos asume como su familia,Pues, ánima bien amorosaSerá columna auxilia.No hay huérfanos en vano —Tenemos ya un Padre Celestial,No tengas miedo, mi hermano,Abrir tu corazón fenomenal.Él mismo nos da una pista,Que cada habitante del universo,De que su fin consistaLo entenderá con corazón inmerso.Cada uno con su corLa voz padrina debe escuchar.Se calmará ya su fervor,Cuando verdad se ve hablar.Aquí encontrará las respuestas.Podemos ver el otro lado,Cuando la gente se vuelve ser modesta,Encontrará la paz pausada.

¿ Dónde está Dios?

La gente a menudo dice:¡No hay Dios! Después maldice.Enséñame ya su aspecto,Ahí lo creeré perfecto.¿Por qué no pueden ver a Dios?El corazón le dicta: «Adiós».Avaricia, orgullo, vanidadTodos tienen ceguedad.A Dios me gustaría encontrar.¿A dónde hay que caminar?Lo intentaré ahora mismoRelatarle sin cinismo.A Dios le veo en alborada,Con mis ojos, mi mirada.Él está en mí tan luminoso,Es humilde, todopoderoso.Pues lo veo en rocío,En animales, en gentío.Brillan ojos en el cielo,Brindan siempre el consuelo.Me muestra mi destino,Ando ya este camino.Soportaré las penas, muerte,Siempre yo tendré suerte.

Felicidad

En paz nacida genteCon tiempo ya aspiraSer feliz, consciente,Y así el mundo gira.A conquistar alturas,Amor, riqueza, gloria,Matar potencias oscurasY cada vez ganar victoria.Pero ahí está el problema:Felicidad es una cosa rara.En un momento ya se quemaComo de madera vara.¿Es culpa de un enemigo?¿Es un evento duro?¿Y dónde hay algún mendigoQue me explique el futuro?A menudo, pues, existeUn pico abandonado,No hay quien lo conquiste,Solo el cor más elevado.A menudo hay personasEnemigos de sí mismo,Siempre andan en coronas,Pero en cabeza – un abismo.La respuesta la muestra CristoEn su ciencia modesta,En tu corazón está prevista,En su humilde gesta.Y hay armonía en el alma,Que nace en un cor puro,A Dios le pide ya su calma,Se rompe ya su muro.Y allí, el amor irrepetible,Más precioso que los diamantes.Y ahí – futuro más sensibleSin malditos gobernantes.Y ahí – energía genuina,De Dios es el espejoQue nunca se termina,Y no se hace viejo.Felicidad es su herencia callada,Significado de su cosa cotidiana,A la eternidad es la entrada,Del testimonio divino es campana.

La eterna primavera

La primavera nos acaricia,Y la sangre juvenilTímidamente con deliciaLa saluda en abril.Al canto de las aves,Las flores del jardín,Y los susurros tan suavesCon música de violín.Adelante con verano,En praderas radiantes,Llevando verde paño,Al canto elegante.Refuerza, nutre y aporta,Nos enseña, alimenta,Consuela y soportaAl otoño nos presenta.Con bella hermosuraHará brillar al mundo.O bien con faz oscuraAguanta el dolor profundo.Ahora anda señorial,Como en la revista,Con el grito festivalSe perderá de la vista.Calmará naturaleza,Y el vacío de las plantasDe pies hasta la cabezaLo cubrirá con blancas mantas.Pronto todo se derriteY la tierra cobrará la vida,El Creador la luz emiteDe primavera florecida.

Reflexión ante el retrato de Nicolas II

El retrato hecho con pintura gris,De forma simple y cariñosa,El Zar vos mira como padre. DirigísMiradas a su postura tan endiosa.Uniforme de gala, cordones militares,Galardones, placas de honor,Los himnos y canciones titulares…Pasó el tiempo ganador.En un instante, el orgulloSe apoderó de multitud,Un hijo santo, en barullo,Perdió su mente en solitud.Fue matado el juramento,Surgió engaño y dolor,Muerte, fallo, sufrimientoEstá en todo esplendor.Gentío rugiente y ardiente,Ansiado por poder vivirSin Dios ni presidente,Por su destino elegir.Los oradores se elevan,Con sus mentiras nos atraen.Su libertad nos promuevan,De lo dentro ya decaen.Enemigo se alegra: «Fin de todo».Pues añade: «¡Capturé la casa!Al Zar, al sabelotodo,Morirá su grey escasa».Ajena mano atrevida,Nos lleva todos a la muerte.Y púrpura es su bebidaQue quiere toda la beberte.El Zar rogó: «No sean vengativos.Soy yo quien asume la culpa.Sólo el Señor les deja vivosMis méritos y así me disculpa».Reza con ojos llorosos:«Perdona a los engañados,Encantados por bienes lujosos,
bannerbanner