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—Entonces, el pergamino en sí, ¿no posee ningún poder?
—Así es —continuó Rimei—, pero es imprescindible conocerlo para manipular la Kirvir. Lo que es indispensable, en cambio, es el ser que pueda encauzarla. Ha estado ahí desde el inicio de los tiempos, su esencia es tenue e inconsciente, nada puede destruirlo, puede desvanecerse y volver a nacer, y tiende a respaldarse en un guardián. Se le conoce como Tersal. Existen, además, seis objetos que interactúan con el ser. La razón por la que la Kirvir es tan poderosa durante las alineaciones es por la proximidad de todos estos elementos al Tersal.
Los sabios se pusieron a buscar estos objetos, que se encontraban en seis de los planetas del sistema solar. Una vez localizados, los sabios trataron de convertir en realidad lo que habían documentado en el pergamino, pero se lo impidió una de las más terribles guerras de alineación desatadas en aquella época. Así pues, tras comprobar que no podrían reunirlos, cada uno de ellos escondió el objeto que poseía en su propio planeta para evitar que cayera en manos del enemigo. Como sabéis, cíclicamente, algunos,o todos, los planetas de nuestro sistema solar, al recorrer sus órbitas, pueden acabar alineados, ya sean alineaciones parciales o totales. Cuantos más planetas estén implicados, mayor será la influencia de la Kirvir, provocando extraños fenómenos físicos y afectando a la estabilidad emocional de sus habitantes. Por supuesto, todo esto alcanza su punto culminante con una alineación total. La proximidad de los planetas, asociada a estos fenómenos, ha alterado los ánimos en diversas ocasiones y ha desencadenado guerras entre razas. Con el paso del tiempo, la conciencia de muchos de los pueblos ha evolucionado y han madurado los conceptos de paz y estabilidad, así como el derecho de cada raza a vivir según sus propias costumbres y tradiciones. Esto propició el nacimiento de la Coalición que vosotros representáis. En este momento, solo quedan fuera Carimea y Medusa: uno porque está poblado por depredadores, el otro porque está en manos de una raza codiciosa que ha forjado su prosperidad sobre la sangre y la explotación.
—¿Dónde se encuentra el pergamino? —preguntó Ulica.
—No sé dónde está, pero puedo decirte quién fue su último propietario, su nombre es Wof.
—¿Wof? ¿El héroe del Sexto Planeta? —preguntó Xam.
—Sí.
—¿Lo conoces personalmente? —preguntó Ulica, dirigiéndose a Xam.
—Era mi comandante cuando empecé a combatir. Fue capturado durante una de las batallas más épicas; consiguió, con unos pocos hombres, retener estratégicamente a las fuerzas de los anic permitiendo que nuestros ejércitos pudieran reposicionarse y acabar ganando una guerra que parecía perdida.
—La información más reciente indica que se encuentra en la luna de Enas —apuntó Ulica—. Esperemos que siga allí, Ruegra lo transfiere con regularidad para evitar su liberación. Fue uno de sus peores adversarios.
—No será fácil liberarlo —comentó Zaira.
—¿Qué más puedes decirnos sobre el Ser? —preguntó Ulica.
—No sé dónde se encuentra el Tersal. Esa información se os revelará durante vuestra estancia en la isla si vuestros corazones son puros, pero puedo daros ciertas indicaciones sobre los objetos: son de uso común. Dentro de cada uno de ellos se encuentra incrustada una piedra, estas piedras provienen de una gran gema que constituía la Kirvir en todo su poder. Esta fue dividida al principio de los tiempos para evitar que una concentración tan grande de poder pudiera acabar en manos de una sola persona. Cada uno de ellos fue objeto de veneración hace ya mucho tiempo. Al no profundizar en el conocimiento de sus verdaderos poderes, que variaban o se desvanecían según la proximidad o la distancia entre los planetas, fueron cayendo en el olvido con en el paso tiempo. Sin embargo, quedaron bajo la custodia de quienes habían depositado en ellos su devoción.
—¿No puedes darnos alguna indicación más concreta? —preguntó Ulica.
—Se ha hecho de noche, lo mejor será descansar. Seguid los puntos de luz, ellos os mostrarán vuestras habitaciones.
De las extremidades superiores levantadas del sabio, surgieron tres copos de luz que se situaron frente a cada uno de ellos.
Fueron llevados a habitaciones separadas; celdas de monjes, con las paredes completamente blancas y amuebladas únicamente con una cama y un pequeño escritorio. Arriba, en el techo en forma de arco, una ventana hexagonal dejaba entrar la luz.
Ulica se situó frente al escritorio, se quitó el ordenador de la muñeca, el cual encendió y dejó sobre la mesa, al hacerlo, este proyectó el teclado horizontalmente y, perpendicular a él, la pantalla. Seguidamente, Ulica inició su pesquisa.
Xam se estiró sobre la cama y se durmió, agotado, al instante, mientras que Zaira se relajó y rezó antes de quedarse dormida.
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