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Кровавая свадьба. Йерма. Дом Бернарды Альбы. Трилогия. Книга для чтения на испанском языке
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Кровавая свадьба. Йерма. Дом Бернарды Альбы. Трилогия. Книга для чтения на испанском языке

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¡Ay la blanca niña!

CRIADA.

Aire oscuro el encaje de su mantilla.

(Salen. Se oyen guitarras, palillos y panderetas. Quedan solos LEONARDO y su MUJER.)

MUJER. Vamos.

LEONARDO. ¿Adónde?

MUJER. A la iglesia. Pero no vas en el caballo. Vienes conmigo.

LEONARDO. ¿En el carro?

MUJER. ¿Hay otra cosa?

LEONARDO. Yo no soy hombre para ir en carro.

MUJER. Y yo no soy mujer para ir sin marido en un casamiento. ¡Que no puedo más!

LEONARDO. ¡Ni yo tampoco!

MUJER. ¿Por qué me miras así? Tienes una espina en cada ojo.

LEONARDO. ¡Vamos!

MUJER. No sé lo que pasa. Pero pienso y no quiero pensar. Una cosa sé. Yo ya estoy despachada. Pero tengo un hijo. Y otro que viene. Vamos andando. El mismo sino tuvo mi madre. Pero de aquí no me muevo.

(Voces fuera.)

VOCES.

¡Al salir de tu casa
para la iglesia,
acuérdate que sales
como una estrella!

MUJER (llorando).

¡Acuérdate que sales
como una estrella!
Así salí yo de mi casa también.
Que me cabía todo el campo en la boca.

LEONARDO (levantándose). Vamos.

MUJER. ¡Pero conmigo!

LEONARDO. Sí. (Pausa.) ¡Echa a andar!

(Salen.)

VOCES.

Al salir de tu casa
para la iglesia
acuérdate que sales
como una estrella.

(Telón lento.)

CUADRO SEGUNDO

Exterior de la cueva de la NOVIA. Entonación en blancos grises y azules fríos. Grandes chumberas. Tonos sombríos y plateados. Panoramas de mesetas color barquillo, todo endurecido como paisaje de cerámica popular.

CRIADA (arreglando en una mesa copas y bandejas).

Giraba,
giraba la rueda
y el agua pasaba.
Porque llega la boda
que se aparten las ramas
y la luna se adorne
por su blanca baranda.

(En voz alta.)

¡Pon los manteles!

(En voz patética.)

Cantaban,
cantaban los novios
y el agua pasaba.
Porque llega la boda
que relumbre la escarcha
y se llenen de miel
las almendras amargas.

(En voz alta.)

¡Prepara el vino!

(En voz poética.)

Galana.
Galana de la tierra,
mira cómo el agua pasa.
Porque llega tu boda
recógete las faldas
y bajo el ala del novio
nunca salgas de tu casa.
Porque el novio es un palomo
con todo el pecho de brasa
y espera el campo el rumor
de la sangre derramada.
Giraba,
giraba la rueda
y el agua pasaba.
¡Porque llega tu boda,
deja que relumbre el agua!

MADRE (entrando). ¡Por fin!

PADRE. ¿Somos los primeros?

CRIADA. No. Hace rato llegó Leonardo con su mujer. Corrieron como demonios. La MUJER llegó muerta de miedo. Hicieron el camino como si hubieran venido a caballo.

PADRE. Ése busca la desgracia. No tiene buena sangre.

MADRE. ¿Qué sangre va a tener? La de toda su familia. Mana de su bisabuelo, que empezó matando y sigue en toda la mala ralea, manejadores de cuchillos y gente de falsa sonrisa.

PADRE. ¡Vamos a dejarlo!

CRIADA. ¿Cómo lo va a dejar?

MADRE. Me duele hasta la punta de las venas. En la frente de todos ellos yo no veo más que la mano con que mataron a lo que era mío. ¿Tú me ves a mí? ¿No te parezco loca? Pues es loca de no haber gritado todo lo que mi pecho necesita.Tengo en mi pecho un grito siempre puesto de pie a quien tengo que castigar y meter entre los mantos. Pero se llevan a los muertos y hay que callar. Luego la gente critica. (Se quita el manto.)

PADRE. Hoy no es día de que te acuerdes de esas cosas.

MADRE. Cuando sale la conversación, tengo que hablar. Y hoy más. Porque hoy me quedo sola en mi casa.

PADRE. En espera de estar acompañada.

MADRE. Esa es mi ilusión: los nietos.

(Se sientan.)

PADRE. Yo quiero que tengan muchos. Esta tierra necesita brazos que no sean pagados. Hay que sostener una batalla con las malas hierbas, con los cardos, con los pedruscos que salen no se sabe dónde. Y estos brazos tienen que ser de los dueños, que castiguen y que dominen, que hagan brotar las simientes. Se necesitan muchos hijos.

MADRE. ¡Y alguna hija! ¡Los varones son del viento! Tienen por fuerza que manejar armas. Las niñas no salen jamás a la calle.

PADRE (alegre). Yo creo que tendrán de todo.

MADRE. Mi hijo la cubrirá bien. Es de buena simiente. Su padre pudo haber tenido conmigo muchos hijos.

PADRE. Lo que yo quisiera es que esto fuera cosa de un día. Que en seguida tuvieran dos o tres hombres.

MADRE. Pero no es así. Se tarda mucho. Por eso es tan terrible ver la sangre de una derramada por el suelo. Una fuente que corre un minuto y a nosotros nos ha costado años. Cuando yo llegué a ver a mi hijo, estaba tumbado en mitad de la calle. Me mojé las manos y me la lamí con la lengua. Porque era mía. Tú no sabes lo que es eso. En una custodia de cristal y topacios pondría la tierra empapada por ella.

PADRE. Ahora tienes que esperar. Mi hija es ancha y tu hijo es fuerte.

MADRE. Así espero.

(Se levantan.)

PADRE. Prepara las bandejas de trigo.

CRIADA. Están preparadas.

MUJER DE LEONARD (entrando). ¡Que sea para bien!

MADRE. Gracias.

LEONARDO. ¿Va a haber fiesta?

PADRE. Poca. La gente no puede entretenerse.

CRIADA. ¡Ya están aquí!

(Van entrando invitados en alegres grupos. Entran los novios cogidos del brazo. Sale LEONARDO.)

NOVIO. En ninguna boda se vio tanta gente.

NOVIA (sombría). En ninguna.

PADRE. Fue lucida.

MADRE. Ramas enteras de familias han venido.

NOVIO. Gente que no salía de su casa.

MADRE. Tu PADRE sembró mucho y ahora lo recoges tú.

NOVIO. Hubo primos míos que yo ya no conocía.

MADRE. Toda la gente de la costa.

NOVIO (alegre). Se espantaban de los caballos.

(Hablan.)

MADRE (a la NOVIA). ¿Qué piensas?

NOVIA. No pienso en nada.

MADRE. Las bendiciones pesan mucho.