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Amando A Un Espía Americano
Amando A Un Espía Americano
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Amando A Un Espía Americano

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Amando A Un Esp?a Americano
Brower Dawn

La guerra que los uniо, tambiеn los separa.A?os despuеs, sus caminos vuelven a cruzarse, y tienen una oportunidad para el amor una vez mаs, pero los miedos de Victoria los pueden separar. Sobrevivieron a un mundo destruido por la guerra, sоlo el tiempo dirа si encontraron un amor que puede prosperar... William Collins nunca quiso dejar el confort de Lilimar, su hogar. Un d?a, la plantaciоn ser?a suya, y le pondr?a el corazоn y el alma para hacerla prosperar. La guerra comienza en todo el mundo, y queda claro que debe cumplir con la obligaciоn hacia su pa?s. Si no tiene la esperanza de vivir la vida que so?о, por lo menos debe tratar de encontrar paz. Entonces, se enlista como un caballero esp?a y se entrega al peligro sin pensarlo dos veces. Victoria Grant es la hija de un vicario. Tiene un fuerte sentido de la responsabilidad y se ha formado como enfermera. Cuando su pa?s se ve inmerso en la guerra, se une a otras enfermeras para curar a los heridos.  Viaja de campamento en campamento y ayuda dоnde es necesario. En un tren a Francia, conoce a un caballero Americano, y una amistad diferente comienza entre ellos. La guerra que los uniо, los separa. A?os despuеs, sus caminos vuelven a cruzarse y tienen una oportunidad para el amor una vez mаs, pero los miedos de Victoria, los pueden separar. Sobrevivieron a un mundo destruido por la guerra, sоlo el tiempo dirа si encontraron un amor que puede prosperar...

Amando a un esp?a americano

?ndice

Cap?tulo 1 (#u366efbaa-5a06-5a8f-bae3-6f6dd4a214c1)

Cap?tulo 2 (#uc5d76e47-ede0-5ae1-8aa9-8f4cc648e0e1)

Cap?tulo 3 (#u90662750-958e-5210-a770-1fba0e81ad5f)

Cap?tulo 4 (#u821e6a8f-704b-55c4-9c8d-8443b711fa39)

Cap?tulo 5 (#litres_trial_promo)

Cap?tulo 6 (#litres_trial_promo)

Cap?tulo 7 (#litres_trial_promo)

Cap?tulo 8 (#litres_trial_promo)

Cap?tulo 9 (#litres_trial_promo)

Cap?tulo 10 (#litres_trial_promo)

Cap?tulo 11 (#litres_trial_promo)

Ep?logo (#litres_trial_promo)

ACERCA DE LA AUTORA (#litres_trial_promo)

TAMBIЕN DE DAWN BROWER (#litres_trial_promo)

EXTRACTO: Eternamente mi duque (#litres_trial_promo)

Prоlogo (#litres_trial_promo)

CAP?TULO UNO (#litres_trial_promo)

EXTRACTO: Todas las damas aman a Coventry (#litres_trial_promo)

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CAP?TULO UNO (#litres_trial_promo)

Esta obra es ficciоn. Los nombres, personajes, lugares y acontecimientos son producto de la imaginaciоn del autor o son usados de forma ficcionada sin relaciоn alguna con la realidad. Cualquier parecido con lugares, organizaciones o personas, tanto vivas como fallecidas, es casualidad.

Amando a un esp?a americano Copyright © 2019 por Dawn Brower

Todos los derechos reservados.

Dise?o de portada por Victoria Miller

Ninguna parte del libro puede ser reproducida en cualquier formato, tanto electrоnico como manual, incluyendo sistemas de almacenamiento de informaciоn, sin permiso por escrito del autor, a excepciоn de las citas en rese?as literarias.

Publicado por Tektime

Cap?tulo 1

Enero, 1915

El silbido del tren resonо en toda la estaciоn. Victoria Grant observо desde un banco cercano, mientras el sonido la abstra?a de sus pensamientos. Ella hab?a llegado a la estaciоn temprano, para no perder su tren, que la llevar?a a una peque?a ciudad en Francia. Desde all?, viajar?a con un regimiento a un hospital de campa?a, al cual hab?a sido asignada para trabajar como enfermera.

Su tren ingresо a la estaciоn y llegо hasta un apeadero cerca de la plataforma. El vapor de la chimenea en lo alto de la mаquina se extendiо por toda la estaciоn. Los pasajeros comenzaron a desembarcar con rapidez. Victoria tuvo que esperar para subir a bordo durante varios minutos. El auxiliar del tren les indicar?a cuando pudieran embarcar. Los maleteros estaban todav?a descargando el equipaje de los pasajeros que dejaban el tren. Pronto, comenzar?an a colocar las nuevas maletas en su lugar.

Victoria se parо y caminо hacia la estaciоn. Ella no ten?a muchas pertenencias. Para trabajar como enfermera, no necesitaba muchas tampoco. Ten?a un ba?l con sus uniformes y algunos pocos objetos personales. Al crecer como la hija de un vicario, se le hab?a ense?ado a denunciar cualquier actitud que llevara a la avaricia. Ella se hab?a tomado a pecho sus ense?anzas y hab?a aprendido a vivir tratando de ayudar a quienes necesitaban. Con la Gran Guerra devastando el mundo, las mujeres como ella eran requeridas. Ella usar?a sus habilidades como enfermera para salvar a aquellos que pudiera, y ya no pod?a esperar mаs para ponerse al servicio de la causa.

Continuо caminando y se tropezо con el pecho duro de un hombre. Mirо hacia arriba y se encontrо con la mirada de este hombre. Sus ojos azules eran tan oscuros, que parec?an casi negros, y su cabello brillaba como caramelo con miel. “Mis disculpas,” dijo ella, dando un paso hacia atrаs.

“Es mi culpa,” dijo еl, con un acento Americano del sur, si ella no estaba equivocada. Eso la tomо un poco de sorpresa. No hab?a muchos americanos en Francia, desde que la guerra hab?a comenzado. Lo ?ltimo que hab?a o?do, era que quer?an mantenerse neutrales, con respecto al conflicto masivo. “Deb? haber prestado mаs atenciоn,” Sus labios se inclinaron hacia arriba en una sonrisa deslumbrante. Su sonrisa impactо sus sentidos, maravillаndola momentаneamente.

Victoria meneо su cabeza, recuperando su equilibrio en un momento. “?Estа ligado al norte de Francia?” Еsta parec?a una pregunta normal, pero de todas maneras se sintiо tonta al hacerla.

Observо el tren pasar y luego la mirо a ella. “Si, lo estoy.” Еl alzо una ceja. “?Y usted?”

Ella asintiо rаpidamente. Esta conversaciоn era extra?a. Victoria nunca hab?a sido buena para hablar con, bueno, con nadie. Menos con un hombre... Esta era una proeza que era casi imposible. No sab?a por quе, pero los hombres siempre la desconcertaban, y habitualmente se hab?a comportado un poco torpe en cada conversaciоn o encuentro. “Si, um, s?.” Ella se sent?a como una idiota. Habr?a puesto cualquier excusa para salir de la conversaciоn pronto. La mayor?a de los hombres hab?a tenido problemas para hablar con ella, ya que a ella se le hac?a dif?cil discutir cualquier tema con los hombres, excepto cuando hablaba de asuntos mеdicos.

Еl sonriо suavemente. “Entonces espero hacer el viaje con usted.” ?Hablaba en serio? Ella frunciо el entrecejo y lo observо. Tal vez еl se divert?a en burlarse de la gente. No quer?a cuestionarse mаs. No conoc?a a este hombre, y probablemente nunca terminar?a de conocerlo.

Uno de los auxiliares del tren saliо y gritо, “Todos a bordo.”

Los pasajeros se acercaron y comenzaron a subir. Victoria se dirigiо hacia el tren, siguiendo a un grupo de personas. No ten?a un vagоn privado, ni siquiera un vagоn con cama, para esconderse de la multitud.

Victoria deber?a estar atascada, sentada con todos los demаs en el vagоn de pasajeros. Al menos, el viaje no era muy largo. Caminо por el pasillo y encontrо un asiento junto a la ventanilla. Eso le permitir?a distraerse un poco durante el viaje.

“Nos encontramos otra vez,” dijo el hombre, sentаndose al lado de ella. “Debe perdonar mis horribles modales.” Еl llevо su mano a su pecho. “Deber?a haberme presentado. Soy William.”

Victoria lo mirо, dudando quе har?a despuеs...Еl era un hombre encantador. Victoria no pudo evitar en devolverle su saludo de bienvenida.

“Victoria,” dijo, despuеs de unos minutos de silencio incоmodo.

“Encantado de conocerla, Se?orita Victoria. Estoy complacido de tener el placer de compartir este viaje con usted.” Sonaba sincero, pero ella se sintiо inquieta imaginando que еl tratar?a de tener una conversaciоn con ella.

Tal vez, еl disfrutar?a de su compa??a. Ella odiaba viajar, pero tener a alguien interesado en ayudarla a olvidar durante un tiempo, ser?a bueno. Ademаs, tener a William que le hiciera compa??a, podr?a ser interesante.

“?De quе deber?amos hablar?”

“De lo que quiera,” William respondiо, acomodаndose en su asiento. “Cuеnteme un poco de usted.”

No hab?a mucho para contar, y su vida era aburrida. “Preferir?a escuchar de usted...” No quer?a que se durmiera con lo tedioso de su vida.

“Esto es lo que dicen las se?oritas hermosas,” еl murmurо el comentario y despuеs le gui?о un ojo. Su corazоn se detuvo un poco. No estaba acostumbrada a recibir atenciоn de un hombre y la pon?a un poco nerviosa, que еl se interesara en ella. “?Quе le parece algo neutral? Cuеnteme cuаl es su flor favorita.”

Victoria se apoyо en su asiento y pensо en la pregunta.

Nadie nunca le hab?a preguntado acerca de ninguna de sus cosas favoritas. Las flores eran hermosas, y a ella le gustaban mucho. “Supongo, que si tengo que nombrar una favorita, dir?a violetas. Son resilientes y tienen propiedades curativas maravillosas.”

Еl meneо su cabeza. “Usted no es una persona com?n, verdad?”

“Me gusta pensar que no soy una persona complicada,” dijo ella. Mientras mаs hablaban, comenzо a preguntarse si еl estaba flirteando con ella. Ning?n hombre se hab?a interesado en ella antes, y no estaba segura de cоmo responderle. Seguramente, ella se estaba equivocando con еl...”Tengo un propоsito y una responsabilidad. Lo demаs no importa.”

“Esto es un poco...serio,” dijo еl con un tono sombr?o, que no se reflejaba en sus ojos. “Supongo que es dоnde estamos en el mundo ahora. Estamos todos forzados a adaptarnos, debido a la situaciоn de guerra actual.”

“Si,” ella estuvo de acuerdo. “Es una desgracia, pero debemos dar lo mejor con lo que la vida nos depara.”

A Victoria le gustaba William. Era amable y nada pretencioso. Ella no pod?a evitar desear encontrarlo en otro momento de su vida. Uno que no fuera alcanzado por la destrucciоn de la guerra... Se estaba enga?ando a s? misma. En otro tiempo y lugar, no importar?a nada. William probablemente no se habr?a fijado en ella, y era muy probable, en primer lugar, que nunca se hubieran conocido.

“Creo que es verdad,” еl asintiо. “La guerra es una desgracia. Es muy malo que los altos mandos no hayan encontrado una forma mejor de resolver sus diferencias. Pero aqu? estamos...” Sonriо levemente. “No puedo evitar sentirme feliz por algo al menos.”

“?Quе es?” preguntо ella, casi temiendo la respuesta.

“Me acercо a usted.”

Еl era suave. Victoria tambiеn pod?a ser amable con еl. Y le devolviо una sonrisa. “Creo que no puedo estar en desacuerdo con su lоgica.” Ella se recostо en su asiento y se relajо. “Entonces no perdamos esta oportunidad. Quizаs no tengamos nunca otra oportunidad de conocernos mаs. ?Siente poder abrirse conmigo?”

“Si es tan valiente, ?quiеn soy yo para tener miedo?” Еl sonriо. “Hаgalo, mi querida.”

Hablaron durante todo el viaje como si se hubieran conocido de toda la vida. William era el primer hombre con quien ella se sent?a completamente cоmoda. Esto la apenaba, despuеs de llegar a la estaciоn de tren, ir?an por caminos diferentes y no volver?an a verse nunca. Ella anhelaba esto mаs que la existencia banal que hab?a tenido. Conocer a William hab?a alterado su perspectiva de muchas cosas.

El entusiasmo y la alegr?a parec?an posibles, donde antes todo parec?a sоlo fantas?a. Tal vez, era un poco absurda, pero sent?a que pod?a tener algo mаs ahora. Tal vez no con William, pero con alguien mаs...Aunque, en su corazоn, ella deseaba que William estuviera siempre en su vida. Hab?a algo especial en еl, a lo que ella quer?a aferrarse.

Un mes despuеs...

Una carta llegо para Victoria, y no pod?a esperar para hacer pedazos el sobre para abrirla. William hab?a acordado en escribirle cuando pudiera, pero ella no cre?a que pudiera hacerlo. Ahora que una carta suya hab?a llegado, estaba aterrada de leerla. ?Quе ocurrir?a si el hombre que ella recordaba no era el mismo que se expresaba en la carta? ?Quе ocurrir?a si еl realmente no quer?a tener nada con ella y sоlo escrib?a para ser amable?

?Quе ocurrir?a si еl era todo lo que ella recordaba?

Victoria sostuvo la carta contra su pecho y caminо hacia la tienda de enfermeras. Se sentо lentamente y la observо. Su mano temblо un poco, al deslizar sus dedos sobre su nombre escrito en el sobre.

“?Tienes un enamorado?” El acento fuerte Irlandеs de Aisling Walsh resonо alrededor de Victoria. Era una joven enfermera con cabello pelirrojo brillante y ojos color verde oliva. “?Por quе te estаs conteniendo? Аbrela.”

Victoria no se hab?a preocupado en acercarse a otras enfermeras, pero Aisling ten?a otras ideas. Ella se hab?a negado a mantener a Victoria apartada y constantemente hablaba con ella. Victoria nunca lo habr?a admitido, pero estaba feliz de haber conocido a Aisling. Podr?a sentirse sola sin la otra enfermera. Victoria deslizо sus dedos por el sello. “No sе...”

“No sabemos cuаntos d?as vamos a estar aqu?. Los d?as son para ser vividos, para tratar de encontrar cualquier pizca de felicidad con la que seamos bendecidos.” Ella se acercо y colocо su mano en la de Victoria. “No la pierdas, ignorando un regalo, no importa cuаn peque?o sea. Lee sus palabras.”

Dando un profundo suspiro, rompiо el sobre y sacо la carta. Desdoblо las hojas y comenzо a leer.

Victoria

Espero que al recibir esta carta se encuentre bien. Cualquier otro resultado es inaceptable...Esta guerra deja cicatrices en el alma de un hombre -mi alma- y tener alguien como usted en mi vida es un bаlsamo sobre la peor de mis heridas. Ha pasado casi un mes, y siento como si el tiempo y la distancia separаndonos fuera tremendo. Debo verla otra vez. Por favor, diga que aceptarа, y encontrarе la forma de ir a su lado.

Mi vida cambiо completamente el d?a que la conoc?. No sе cоmo explicarlo, sоlo que no puedo olvidarla, a?n si lo intentara. Por favor, diga que siente lo mismo. Esperarе eternamente por usted, si es necesario, pero espero que no tenga que esperar tanto.

Mis disculpas por la corta misiva...Si tuviera mаs tiempo, escribir?a mаs, pero ?ay de m?!, el peligro no me permite tener tiempo para escribir poes?a. Contarle noticias sobre el frente de batalla, no le dar?a mucha esperanza, entonces evitarе dar mаs detalles acerca de esta desdicha. Sepa que estа en mis pensamientos siempre.

Con mucho respeto

William.

Victoria cerrо sus ojos y tragо saliva, para deshacer el nudo que ten?a en su garganta. Еl quer?a verla de nuevo. ?Deber?a ceder y decirle cuаnto lo deseaba ella tambiеn?

“Por la sonrisa en tu cara, creo que es una buena carta,” dijo Aisling.

Ella alzо su mano a su cara. Victoria no se hab?a dado cuenta que se hab?a rendido y hab?a sonre?do. La felicidad era algo nuevo para ella. No le contestо a Aisling pero se dirigiо a un mueble y tomо unas hojas para escribir. Despuеs de haber anotado algunas l?neas, fue a enviar la carta. Si ten?a suerte, pod?a encontrar a William, dоnde hab?a estado destinado la ?ltima vez. A veces los hombres eran transferidos durante la guerra y pod?a tardar semanas para que una carta llegara a sus manos. Ella no iba a preocuparse por eso. William quer?a verla otra vez. Eso era lo ?nico que le importaba en ese momento.

Cap?tulo 2

Primavera, 1915

Una lluvia copiosa cayо durante horas sin parar. La tierra debajo de los pies de Victoria Grant se volviо barro. A cada paso, sus pies se hund?an en la tierra mojada y cubr?an sus botas de estiеrcol y mugre. Estaba tan cansada de tener sus pies mojados. A esa velocidad, podr?a encontrarse ella misma con la misma dificultad que los soldados con botas de trinchera. Avanzо penosamente, teniendo que dar pasos largos para salir de еsta аrea lo mаs rаpido posible. Cuando llegо a la tienda, donde estaba ubicado el hospital de campa?a, Victoria moviо las cortinas y entrо.

“Enfermera Grant, venga aqu? ahora.” Un doctor le hizo se?as. “Tenemos una gran cantidad de nuevos pacientes, y no se ven bien.”

Ella quiso decirle que estaba al tanto de esta situaciоn. Era la razоn por la cual hab?a ido directamente al hospital, en vez de tomarse un merecido descanso. Cada d?a, le presentaba un nuevo desaf?o. Pronto, el hospital estar?a colapsado, y no tendr?an lugar para albergar a los enfermos. “Ya voy, doctor.”

Victoria se envolviо un delantal a su vestido. Probablemente, se pondr?a dif?cil el cuidado de los enfermos, y quer?a por lo menos cuidar su ropa. No ten?a mucha, y no hab?a tiendas ni costureras para reemplazarla. El doctor ten?a a un hombre en su mesa de operaciones, y el pobre hombre estaba inconsciente. Probablemente, era mejor. Se acercо al doctor para ayudarlo.

El hombre ten?a el cabello casta?o claro dorado, manchado con sangre. Una sаbana cubr?a casi todo su cuerpo. No es que pudiera haber obtenido algunas pistas al verlo desnudo, pero algo en еl, le produc?a curiosidad. Lo observо y se focalizо en su cara. Dio un gran suspiro, cuando lo reconociо. William.

Ella pensо que nunca lo volver?a ver, y ciertamente deseaba que no fuera as?. Estaba usando un uniforme francеs. Esto era confuso en еl. Ella trabajо febrilmente al lado del doctor para parar la hemorragia. Despuеs de una hora de trabajo, finalmente terminaron, y el doctor suturо su herida.

William fue llevado a una cama. Afortunadamente, ten?an una disponible. Victoria se tomо un momento para lavarse, y volviо a su lado. No podr?a dormir, mientras estuviera preocupada por su salud. Еl ten?a que sobrevivir. Deb?a. Esta no era la forma en que ella imaginaba su prоximo encuentro con еl. ?Hab?a recibido la carta? Hab?a estado preocupada desde que la hab?a enviado y hab?a esperado siglos por su respuesta. Ahora, estaba all?, herido.

Victoria se negaba a creer que esta ser?a la forma en que su historia terminara. Еl hab?a llegado a significar tanto para ella en tan poco tiempo...sоlo meses. Sent?a su corazоn pesado dentro de su pecho, mientras trataba de evitar no llorar. Ellos no pod?an ayudarse, y ella se negaba a rendirse a algo tan in?til.

“Estarаs bien.” Lo dijo mаs para ella misma que para еl. Victoria necesitaba algo en quе creer y decidiо aferrarse a la esperanza. Era lo ?nico que pod?a hacer. Cualquier otra cosa era inconcebible. Ella apoyо su cabeza al costado de su cama y cerrо los ojos. Victoria ten?a la intenciоn de descansar sоlo un momento, pero el cansancio la venciо.

“Bella durmiente,” dijo un hombre. Su voz era ronca, pero ten?a una pizca de humor. “Te habr?a besado para despertarte, pero me temo que no tengo fuerzas para moverme.”

Victoria se sentо y se estirо. Le dol?a cada m?sculo de su cuerpo. “No pensе en quedarme dormida.”

“No pensе en ser herido,” еl contrarrestо. “Pero a veces hay cosas que no podemos evitar, sin importar cuanto tratemos.”

Ella frunciо el ce?o. “No es divertido.”

Еl sonriо y despuеs se quejо del esfuerzo. “Tienes razоn, no es divertido, pero al menos estaba tratando de alegrar nuestro estado de аnimo.” La sonrisa de William se esfumо al mirarla. “Te extra?е.”