скачать книгу бесплатно
Mercedes Sosa – Más Que Una Canción
Anette Christensen
Perseguida, proscrita y exiliada, la legendaria cantante folclórica argentina, Mercedes Sosa, hizo temblar a los dictadores sudamericanos en los ’70. Apodada “La voz de los que no tienen voz”, Sosa se convirtió en un ícono de la democracia y una muy amada madre de América Latina. Mercedes Sosa – La voz de la esperanza expone la notable vida y carrera de Sosa y ofrece un perfil psicológico que revela el secreto detrás de su enorme impacto. Con su poderosa voz y su irresistible presencia en el escenario, la cantante folklórica argentina, Mercedes Sosa, era una intérprete de clase mundial, cuya influencia fue mucho más allá de las fronteras de la música. Incluida en la lista negra como una de las personas más peligrosas para el régimen de Argentina en la década de 1970, se convirtió en el punto de referencia subterráneo para los pobres y oprimidos, y en un icono de la democracia que luchó contra los dictadores de América del Sur con su voz. Junto con su carrera de toda la vida, que le valió cuatro premios Grammy, Sosa también trabajó como Embajadora de Buena Voluntad para los niños en América Latina y el Caribe, y se le otorgó el prestigioso puesto de Vicepresidenta del Consejo de la Tierra. Apodada ”La voz de los sin voz”, Sosa surgió como una leyenda y una madre muy querida de América Latina. Aunque Mercedes Sosa fue una de las artistas más reconocidas en la música internacional y colaboró con músicos de la talla de Luciano Pavarotti, Sting y Joan Baez, ella siguió siendo una heroína desconocida fuera de América Latina. Sin embargo, ahora diez años después de su muerte, el legado de Sosa continúa brillando. Su ejemplo de integridad y solidaridad sigue vivo y la convierte en un modelo a seguir que señala el camino hacia un mundo más empático y compasivo. ¿Pero cómo una niña criada en una familia pobre de la clase trabajadora india obtuvo tanta influencia? Mercedes Sosa – Más que una Canción explora el secreto detrás del notable impacto de Sosa y revela cómo su educación, circunstancias políticas y tragedias personales formaron su vida y su carrera. Se encuentra a punto de conocer a una mujer que lo inspirará con su coraje y autenticidad. “En su voz, la vida se convierte en canción con un aroma a esperanza tan dulce y hermoso como la flor que crece en los caminos de aquellos que buscan.”
Anette Christensen
Mercedes Sosa – Más que una Canción
Adhesiones
“En este trabajo encontrarás una nueva y conmovedora perspectiva de nuestra amada Mercedes. Es un sincero y afectuoso tributo en honor de la vida de mi madre. Gracias, Anette, por todo tu esfuerzo, en el nombre de la Fundación Mercedes Sosa”.
-Fabián Matus, hijo de Mercedes Sosa y presidente de la Fundación Mercedes Sosa.
Tributo
“Si Mercedes te ha abrazado, jamás lo olvidarás. Tenía la capacidad de abrazar a las personas como nadie más en el mundo; uno siempre tenía la sensación de ser abrazado por la Madre Tierra misma. Ella nos tomó a todos en sus brazos con su voz, con esa inigualable voz de bel canto, que siempre fue una pura expresión de su alma. Nunca hubo nada de artificial sobre esta maravillosa mujer, esta valiente mujer, este ícono de una corajuda resistencia a la dictadura militar. Para mí, ella irradiaba lo más importante que hace grande a un ser humano: bondad”.
-Konstantin Wecker, cantante y poeta alemán.
Anette Christensen
Mercedes Sosa
Más que una Canción
Un homenaje a "La Negra",
la voz de Latinoamérica
(1935-2009)
Ninguna parte de este libro puede ser reproducida por ningún medio escrito, electrónico, ni grabado o fotocopiado sin el permiso por escrito del editor o del autor. La excepción sería el caso de citas breves incluidas en artículos críticos o reseñas y páginas en las que el permiso está específicamente otorgado por el editor o el autor. Aunque se han tomado todas las precauciones para verificar la exactitud de la información aquí contenida, ni el autor ni el editor asumen responsabilidad alguna por cualquier error u omisión. No se asume ninguna responsabilidad por los daños que pudieran resultar del uso de la información contenida en el mismo.
Editorial: Tribute2Life Publishing
Editores: Daniel Loedel – NY Book Editors & David Larkin
Diseño de Portada: © Tribute2Life Design
Foto de Cubierta: © Ernesto Guerrero Pititore
Fotografías interiores: © Reuters
Diseño interior: © Tribute2Life Design
Ilustraciones de inicio de capítulos: © Mónica Gaifem
Dibujos interiores: © Anette Christensen
Foto de la autora: © Pernille Schmidt
Impreso con: Lora Font & Antonio Font
Traducción: Andrés Parraud
Primeras ediciones
Mercedes Sosa-Más que una Canción
© 2019 por Anette Christensen. Todos los derechos reservados.
Dedicatoria
En honor a Fabián Matus, el hijo de Mercedes Sosa, quien falleció el 15 de marzo del 2019, menos de diez años después de que su madre falleciera. Trabajaste de todo corazón por tu madre cuando estaba viva y tal vez aún más difícil, para establecer su legado después de su muerte.
A las Abuelas de la Plaza de Mayo, que en una edad avanzada, todavía están activas en la búsqueda de los niños robados de sus padres y entregados a Generales durante la Guerra Sucia, ustedes son un ejemplo para todos nosotros, de que la edad no es un obstáculo para hacer un cambio en este mundo.
A las personas que Mercedes Sosa amaba y sirvió durante toda su vida. Los que sufren bajo la carga de la pobreza, la persecución, la censura, la tortura y la injusticia social en cualquier forma, los indígenas, los marginados, los oprimidos, los desamparados, los huérfanos, los deprimidos, los solitarios y todos los que nunca han sido vistos y amados por quienes son.
Introducción
EL 4 DE OCTUBRE de 2009, cuando su muerte fue anunciada en las noticias, tuve mi primer vislumbre de Mercedes Sosa. Había una secuencia muy corta de ella cantando “Gracias a la vida”, en un concierto acústico en Suiza en 1980. Lo primero que me impactó de Mercedes fue su autenticidad. Podía sentir que era una persona de una tremenda integridad. Lo que expresaba parecía estar en total concordancia con quien ella era. La intensidad y la firmeza de su voz, la entonación de cada nota y cada palabra me llegaron como agua cristalina reflejando mi alma. Su ternura, profunda pasión, inmensa presencia y carisma me conmovieron profundamente.
Comencé a ver y escuchar a Mercedes Sosa en Internet, y pronto me encontré totalmente sumergida en su vida; un universo de música y amor. Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras la miraba y escuchaba sus canciones y intuitivamente comencé a usar sus ojos como un espejo que me devolvía lo que me había perdido siendo niña. En sus ojos vi la mirada de una madre, una mirada que decía: “veo quién eres, y a mis ojos tú eres maravillosa”.
Desde mi descubrimiento de que Mercedes Sosa tenía un impacto tan profundo y persistente en mí, comencé a buscar cualquier fragmento de información que pudiese encontrar sobre ella. Pronto descubrí que no estaba sola en la experiencia de ser fortalecida y transformada en su presencia. Mientras indagaba cada vez más en la vida de Mercedes, descubrí que sus fans a menudo se referían a ella como una “presencia mística”. Esto despertó mi curiosidad por llegar a comprender mejor su vida a nivel personal y profesional; su relación con su familia, fans y amigos, como así también los eventos que influyeron en su vida a nivel personal y profesional. Me embarqué en una misión para encontrar el secreto detrás de su enorme impacto y esa así llamada “presencia mística”. Lo que descubrí me afectó en varios niveles. Observar la forma en que Mercedes lidio con problemas sociales y políticos aumentó mi conciencia social. Ser testigo de cómo se relacionaba con otros, ya fueran campesinos o presidentes, amigos o rivales, me conmovió profundamente y despertó en mí el deseo de volverme más respetuosa y compasiva y prestar total atención a los demás.
Soy una persona sensible e intuitiva que siempre busca lo mejor en los demás. A veces, cuando me encuentro con una persona por primera vez, mi detector interno me dice que he encontrado oro, es una sensibilidad que me hace sentir la esencia de una persona y ver su belleza innata de inmediato. Es exactamente lo que sucedió cuando Mercedes Sosa apareció en mi radar, sentí que había encontrado un tesoro, y cuanto más la conocía, más me convencía de haber encontrado una leyenda.
Naturalmente, estaba interesada en hablar con otros sobre ella, así que seguí preguntándole a todos en mi camino si habían oído hablar de ella, pero nunca tuve una respuesta positiva. Darme cuenta de que todavía era una heroína no reconocida en el mundo de habla inglesa, así como mi deseo de conocerla, aprender de ella y conectarme con ella, me inspiraron para escribir este libro. Recuerdo haber estado sentada en las escaleras afuera de nuestra casa mirando las estrellas cuando el pensamiento cruzó por mi mente por primera vez solo un mes después de su muerte.
Escribir este libro ha sido como armar un rompecabezas con mil piezas juntas, comenzando por tener una sola pieza y sin tener idea de cómo sería la imágen completa. Estaba tan atraída por la única pieza que había encontrado, que tuve que buscar las otras novecientas noventa. Soy una emprendedora y extremadamente persistente, y el desafío de no tener acceso a las fuentes españolas solo aumentó mi motivación. Los primeros cuatro años fueron un viaje solitario, ya que no tenía a nadie con quien compartir mis pasión, pero esto cambió en el 2013, un año después de que mi esposo y yo nos mudáramos de Dinamarca a Turquía.
Estaba regresando de la playa cuando pasé por una pequeña tienda frente a la que pasaba todos los días. Este día en particular vi un hermoso vestido batik de color turquesa colgado afuera. El turquesa era mi color favorito en ese momento, y decidí entrar y probármelo. Hasta ese momento sólo habíamos conocido a dos personas turcas que hablaran inglés, así que cuando la señora de la tienda se aproximó y me di cuenta de que hablaba inglés bastante bien, me quedé sorprendida y encantada.
Estaba algo anonadada también, porque se parecía muchísimo a Mercedes Sosa cuando era joven. Era una mujer menuda de aspecto exótico con un largo cabello negro e intensos ojos oscuros. Además, reconocí inmediatamente que su esencia era similar a la de Mercedes Sosa. Naturalmente no pude evitar hacerle la misma pregunta que le he hecho a todos los que me crucé durante los últimos cuatro años, aunque jamás tuve una respuesta afirmativa. Pregunté: “¿Conoces a Mercedes Sosa?”
Su respuesta hizo que mi corazón diese un salto. “Por supuesto que la conozco. ¡La adoro!”
Cuando le dije que estaba escribiendo un libro sobre Mercedes Sosa se emocionó y dijo que quería leerlo, e incluso venderlo en su tienda. También me dijo que había estado trabajando en la industria editorial en Turquía la mayor parte de su vida y que le entusiasmaría traducir el libro al turco. No estaba terminado cuando nos conocimos, pero conocerla me incentivó a hacerlo y publicarlo. Se convirtió en el comienzo de una amistad muy especial, y creo que era la forma de la vida de alentarme a seguir adelante con el proyecto.
Mientras escribía este libro, llegué a la familia de Sosa en Argentina, con la esperanza de comprender un poco mejor su vida, así como recibir su bendición para este proyecto de documentar su vida, crianza, carrera musical y el entorno social y político en el que vivió. Estoy muy contenta de que aprobaran el libro en una etapa muy temprana, y que encontrasen mi enfoque psicológico muy seductor.
También contacté a algunos amigos personales y fans de Mercedes Sosa y he incluido sus historias también A través de mi conexión con latinoamericanos en Facebook, donde ahora tengo más de 16,000 seguidores, comencé a entender el profundo afecto de Mercedes Sosa hacia su gente. La gente de América Latina se ha convertido en algo muy especial para mí también, y su amor, apoyo y aliento ha conmovido mi corazón.
No considero que este libro sea una biografía completa de Mercedes Sosa; es más bien un perfil personal de ella. He usado mi imaginación en algunas partes para llenar algunos vacíos sin disminuir la credibilidad de la historia general. Estos pasajes están listados en el apéndice. También explico cómo utilicé un enfoque consciente para llegar a conocer a Mercedes lo suficientemente bien como para escribir este libro sin haber tenido acceso a las fuentes en español.
Quizás te preguntes por qué estoy haciendo el esfuerzo por describir la situación política en América del Sur. A través de Mercedes, desarrollé un afecto por América del Sur y me di cuenta de que el continente es muy ignorado por los medios fuera del mundo hispanoparlante. Como el amigo de Mercedes Sosa, el cantante cubano Pablo Milanés, dijo una vez, no es posible contar la historia de América Latina sin mencionar a Mercedes Sosa. Creo que lo opuesto también es verdad. No es posible hablar de Mercedes Sosa sin hablar sobre este turbulento pero vibrante continente al cual Mercedes dedicó toda su vida. Me refiero a América del Sur como el continente del hemisferio occidental que consiste en países e islas al sur de Panamá. Utilizo América Latina como una entidad cultural de países de habla hispana y portuguesa en ambas Américas.
En mi Canal de YouTube, Mercedes Sosa – The Voice of Hope, encontrarán una lista de reproducción con muchas de las canciones y episodios que describo en el libro. A medida que encuentres estas canciones en el libro, te aliento a que visites el canal para que puedas apreciar realmente lo que estoy describiendo.
Me emociona que, luego de casi diez años de reflexionar, escuchar, ver, investigar y escribir, finalmente puedo presentarte a esta increíble mujer que influyó en un continente entero utilizando su talento único y su destacada personalidad, y que incluso cambió completamente mi vida luego de su muerte.
Si quiere saber más sobre mi viaje personal con Mercedes Sosa, está incluido en Mercedes Sosa – The Voice of Hope (Mercedes Sosa – La Voz de la Esperanza), donde le muestro cómo me recuperé de las heridas emocionales al relacionarme con Mercedes Sosa como madre.
Creo que tanto mi historia como el conocimiento científico que respalda mi experiencia pueden ser útiles para cualquiera que se encuentre atascado en experiencias limitantes, incapacitantes o atormentadoras del pasado. Esta edición se publica para conmemorar el décimo aniversario de la muerte de Mercedes Sosa y contiene solo la parte biográfica del libro original.
He escrito este libro con el mayor respeto por Mercedes Sosa y todo lo que ella defendió. Esta es mi canción de amor a Mercedes Sosa. En su voz, la vida se convierte en canción con un aroma a esperanza tan dulce y hermoso como la flor que crece en los caminos de aquellos que buscan. Su voz representa a una mujer que a su vez representa sueños, ideales y amor que van mucho más allá de los límites de la música.
Mercedes Sosa fue más que canción. Fue la voz de la esperanza para muchos. Pueda este libro difundir su voz y la esperanza que ella encendió.
“Las personas más hermosas que hemos conocido son aquellas que han conocido la derrota, el sufrimiento, la lucha, la pérdida y han encontrado la forma de regresar de las profundidades. Esas personas tienen una capacidad de apreciación, sensibilidad y comprensión de la vida que las llena de compasión, dulzura y una profunda actitud cariñosa. La gente hermosa no aparece simplemente”. Elisabeth Kübler-Ross (http://www.goodreads.com/author/quotes/1506.Elisabeth_K_bler_Ross)
Dinamarca, 4 de octubre de 2009
“La cantante argentina y heroína del pueblo Mercedes Sosa ha fallecido a causa de un fallo múltiple de órganos en un hospital en Buenos Aires, luego de haber sido internada tres semanas atrás. Su carrera se extendió por más de seis décadas y grabó más de 40 álbumes, presentándose en todo el mundo. Sosa fue el punto de referencia clandestino para muchos argentinos durante el tiempo de la dictadura, y a través de sus canciones dio vida al movimiento de protesta entre la clase trabajadora, un movimiento que llevó al colapso de la junta militar en 1983. Mercedes Sosa se hizo famosa en Europa cuando vivía en el exilio en España y Francia, desde 1979 hasta 1982. Vivió hasta los 74 años de edad”.
ES DOMINGO por la tarde y me siento a ver las noticias con mi esposo. Junto con un informe sobre la muerte de Mercedes Sosa, un corto video de una hermosa dama de largo cabello oscuro, luciendo un vestido negro con un poncho andino rojo encima aparece en la pantalla del televisor. Con extraordinaria pasión y una notable y conmovedora voz canta una canción: “Gracias a la vida (https://www.youtube.com/watch?v=WyOJ-A5iv5I&index=1&list=PL5PuhOi-6caR5wHIxHNztgxvP8OlgdkSm)”. Quedo cautivada por su autenticidad y su carisma, y sólo me lleva un rato darme cuenta de que estoy viendo a una mujer genuina y sincera, tan pura y extraordinaria que comienzo a preguntarme por qué no he sabido de ella antes. Como si nada más importase, me levanto para entrar en internet y averiguar más sobre esta dama. Una enorme cantidad de enlaces de YouTube aparecen. Comienzo a ver y escuchar.
En el primer video, Mercedes canta maravillosamente “Zamba por vos” (https://www.youtube.com/watch?v=B3tWo10z-W4&list=PL5PuhOi-6caR5wHIxHNztgxvP8OlgdkSm&index=2) con el cuarteto folclórico argentino “Los Chalchaleros”. Radiante y grácil como un suave abrazo, Mercedes sube al escenario con una sonrisa consoladora en sus labios y un destello de vitalidad en los ojos. A los aplausos interminables, ella procede a saludar a los miembros del grupo,dándoles cálidos abrazos. Luego se vuelve hacia el público y, con gran tranquilidad, comienza a cantar con su profunda, agradable y suave voz de contralto.
El segundo video que vi es “Todo cambia” (https://www.youtube.com/watch?v=g8VqIFSrFUU&index=3&list=PL5PuhOi-6caR5wHIxHNztgxvP8OlgdkSm), grabado en el Festival de Viña del Mar, en Chile, en 1993. Vestida de negro de la cabeza a los pies, se ve mística y monumental, y suena tan potente y convincente como se ve. Siento una tremenda energía emanar de ella mientras conquista el escenario con sus pasos de baile latinoamericano y el revoleo de su pañuelo sobre la cabeza. Veo a una persona dinámica y franca que no teme expresar su verdadero yo. La mirada sincera y tierna pero firme en sus ojos me cautiva, y siento como si mirase directamente en mi alma a través de la pantalla de la computadora. Hay algo en ella, una “presencia mística”, que llega a las partes más profundas de mi ser y a la fuente de todos mis anhelos. Caen lágrimas por mi rostro y me doy cuenta de que he encontrado algo que siempre había esperado encontrar.
Sé instintivamente que ella es una cantante con un mensaje y una misión. Quiero descubrir cuáles son.
Buenos Aires, 4 de octubre de 2009
LUEGO anuncio oficial de la presidenta declarando el comienzo de tres días de luto nacional, las banderas ondean a media asta en toda Argentina. A lo largo de todo el país, conciertos y espectáculos programados durante ese período se cancelan y las condolencias de jefes de estado —de América Latina y del resto del mundo— llueven a raudales.
“La Negra”, como fue llamada cariñosamente debido a su cabello negro azabache y sus ancestros del norte argentino, de los Andes, yace pacíficamente en su féretro en el más formal salón del Congreso, el “Salón de los Pasos Perdidos”, un honor reservado sólo para los más prominentes íconos nacionales. En la avenida Callao, frente al Congreso, los admiradores hacen fila para presentar sus respetos.
En el Salón de los Pasos Perdidos, fastuosas coronas adornan la impresionante sala de mármol. Gigantescos candelabros y enormes velas iluminan la penumbra del salón de altos techos con el féretro ubicado en el centro. La presidente argentina, Cristina Fernández de Kirchner, acompaña a la familia Sosa al rendir homenaje a la cantante. La familia, incluyendo al hijo de Mercedes, Fabián Matus, y sus dos nietos, Agustín y Araceli, están de pie muy cerca, con sus brazos alrededor de los demás, como en un abrazo a medias, mientras Cristina acaricia la mano sin vida de Mercedes Sosa. El esposo de Cristina, el ex presidente Néstor Kirchner, está de pie en actitud reticente a su lado, con una mirada cauta.
La gente común también está allí. Respetuosamente, una multitud de dolientes pasa frente al féretro abierto (https://www.youtube.com/watch?v=uzaQQ1lPe2U&list=PL5PuhOi-6caR5wHIxHNztgxvP8OlgdkSm&index=4) en el que se la ve descansar en su vestido azul bordado. Su largo cabello negro, que a la edad de 74 no tiene ni una hebra de gris, enmarca su tranquilo rostro de altos pómulos. Sus manos están cuidadosamente dobladas sobre su estómago rodeando un ramo de rosas blancas. El cantante Argentino Luna toca sus canciones mientras fanáticos lloran, cantan a coro y se turnan para dejar flores en el féretro.
5 de octubre de 2009
LOS MÁS allegados a Fabián y Mercedes siguen el féretro de madera marrón mientras es llevado hasta el coche fúnebre estacionado fuera del Congreso. A lo largo de la Avenida Rivadavia, una multitud de dolientes de todas las edades, reunidos para observar al coche fúnebre llevarla en su último viaje desde el Congreso hasta el crematorio. Están allí de pie, unidos en un momento de la historia argentina que difumina las barreras sociales y políticas.
La procesión de coches fúnebres avanza lentamente y una cantidad de dolientes lleva pancartas que dicen cosas hermosas sobre ella. Un viejo revolucionario en sus 60s lleva una pancarta que reza: “Gracias por tu vida y por tu lucha”. Una cantidad de personas puede verse aplaudiendo y agitando banderas argentinas con elegante entusiasmo. Los más jóvenes hacen ruidos alegres, coreando: “Olé, Olé, Olé, Olé, Negra, Negra” de manera repetitiva, como si pensaran que es el seleccionado nacional de fútbol regresando luego de ganar algún campeonato. En virtualmente cada esquina, grupos de gente llevando diferentes instrumentos comienzan a cantar. Hermosa música hace eco por las calles de Buenos Aires; música que ha traído esperanza y consuelo durante décadas, desafiando la tiranía y fomentando la democracia.
Es un día de tristeza que cala hondo en el alma argentina. La heroína del folclore nacional, la madre de la nación, ha muerto. Pero lo que dio a través de su vida y sus canciones jamás morirá: perdurará.
La procesión deja lentamente el Congreso. Los primeros coches fúnebres llevan todas las ofrendas florales. El último, el féretro.
Época previa al exilio
San Miguel de Tucumán, 9 de julio de 1935
EN EL Hospital Santillán, en el noroeste de Argentina, Ema del Carmen Girón, de 24 años de edad, acaba de dar a luz. Son las siete de la mañana. Su hija recién nacida está durmiendo a salvo en sus brazos. La bebé anunció su ingreso en el mundo con un importante chillido que pudo escucharse en todo el ala de maternidad. Lo que nadie sabía es que una de las mejores voces de la historia acababa de emitir su primer sonido. Ema está agradecida por esta nueva y preciosa vida que sostiene entre sus brazos, y por un momento olvida todos los problemas financieros que traerá la crianza de una hija. Ema tiene trabajo como lavandera y su esposo, Ernesto Quiterio Sosa, trabaja en la industria azucarera cosechando caña de azúcar y paleando carbón en el horno de un molino en Tucumán.
A través de una ventana a medio abrir, Ema puede escuchar el saludo del cañón en la distancia. Los cuenta: 21. El 9 de julio es el Día de la Independencia Argentina. El instinto de Ema le dice que no es coincidencia que su hija haya nacido ese día. Hace una confidencia a la partera, que acaba de entrar a la habitación: “Esta niña va a ser alguien muy influyente un día. Su nacimiento es bienvenido con 21 salvas”.
Mantuvo esta convicción en su corazón desde ese momento en adelante.
EMA Y su esposo, Ernesto, habitualmente están de acuerdo en todo, pero cuando tuvieron que dar a su hija recién nacida un nombre, se metieron en problemas. Ema quería llamarla Marta, mientras que Ernesto prefería Mercedes, por su madre, y Haydeé, por una muy querida prima. Finalmente tuvo el nombre de Haydeé Mercedes Sosa, pero por el resto de su vida su madre obstinadamente la llamó Marta.
Mercedes creció en Tucumán, que también es llamado El Jardín de la República. Una región agrícola semitropical con incontables campos de caña de azúcar, flores y árboles frutales, la provincia más pequeña de Argentina. Es en este oasis en la esquina noroeste de Argentina que Mercedes creció con su hermana mayor, Clara Rosa —también llamada Cocha— y sus dos hermanos, Fernando y Orlando. La familia vive en una zona pobre, de clase trabajadora. La pintura rosada de las paredes exteriores de su pequeña casa de una planta en la calle San Roque 344 se está poniendo negra por el hollín y el humo de las fábricas de las cercanías, y en algunos lugares la pintura se está descascarando. La única luz que entra en la casa lo hace por dos pequeñas ventanas con barrotes de hierro que dan a la angosta calle donde los niños suelen jugar, inventando sus propios juegos, pues jamás tienen juguetes. Afortunadamente, viven cerca del parque local, que también tiene lazos con la fecha de la Independencia argentina, pues se llama Parque 9 de Julio. Se vuelve un segundo hogar para ellos.
Al crecer, Mercedes disfrutó de jugar en el parque con sus hermanos y otros niños de su modesto vecindario.
Siempre está alegre y se conecta con los demás con facilidad. Pero a veces prefiere estar sola y se retira a su árbol favorito. Le gusta sentarse recostada contra la corteza mientras mira a los insectos zumbando a su alrededor. Es una niña robusta en muchos sentidos, pero también tiene un lado sensible, reflexivo, que la hace preguntarse por qué algunas personas son ricas mientras que otras son pobres. A muy temprana edad desarrolló un sentido de lo bueno y lo malo. Es una sensibilidad causada directamente por ver a sus padres trabajar muy duro para alejar el hambre de su puerta. Incluso haciendo todo lo posible, a menudo no pueden permitirse comprar alimentos para sus hijos. Para distraerlos del hambre, los llevan al parque para que jueguen todas las tardes a la hora de la comida.
Para Mercedes, los sábados son el mejor día, porque es cuando su padre recibe su paga y la familia puede disfrutar una comida de tallarines con manteca, la única comida caliente que tienen cada semana. A menudo el hambre la mantiene despierta durante horas por la noche.
Aun así, más adelante Mercedes llegará a decir que tuvo una infancia feliz. “No quiero lamentarme como alguien que ha vivido con hambre, pobreza y frío. Viví mi infancia en una casa pobre, la cual, sin embargo, estaba abrigada con los sentimientos necesarios. Mis hermanos y yo siempre tuvimos lo esencial, porque jamás nos faltó amor. En este aspecto, éramos millonarios. Nuestros padres no sólo sacrificaron sus vidas, también han sido sabios. Jamás nos agobiaron hablándonos de sus sacrificios. Nos dieron todo lo que pudieron, sin revelarnos lo que tenían que hacer para conseguirlo”.
Mercedes jamás dejó atrás la mentalidad de pobreza en la que creció, y eso formó su conciencia social y su compasión por los pobres, lo cual, junto con el amor de sus padres, forma su ideología y le proporciona los sólidos fundamentos que siempre ha mantenido. Como adulta, llega a la conclusión: “La pobreza siempre nos persiguió, pero jamás nos venció. Sólo nos ayudó a ser libres y elegir nuestra forma de pensar”.
Mercedes tuvo una relación muy cercana con sus abuelos. Su abuelo por el lado materno es medio francés, mientras que sus abuelos por el lado materno son amerindios con raíces quechuas, descendientes del imperio Inca. Mercedes no es consciente de sus orígenes indígenas hasta que su abuela está muriendo y, en su delirio, comienza a hablar en quechua, pero este descubrimiento le inspira un amor por los pueblos originarios y su cultura, un afecto que quedará con ella durante toda su vida.
Cuando Mercedes comienza a ir a la escuela, rápidamente aprende a leer. Le encanta leer, y siempre que en casa es hora de cocinar, Ema echa de la cocina a Mercedes y la envía a su habitación, donde puede hacerlo.
Es importante para Ema que Mercedes obtenga todo el conocimiento que pueda, y Mercedes jamás se resiste. Es curiosa, ávida de saber, y absorbe las palabras de un libro tras otro como una esponja. Expande sus horizontes y le da una comprensión de la historia, la cultura y la gente de diferentes orígenes que el suyo. Mercedes también canta y baila durante su infancia. Para ella, es como caminar y hablar. Pero sigue siendo tímida y no le gusta actuar para otros.
Entonces, un día de octubre de 1950, cuando tiene 15 años, la maestra de música de su escuela, Josefina Pesce de Médici, descubre su capacidad para cantar. Para alentar el talento de Mercedes, le pide que dirija al coro de la escuela para cantar el Himno Nacional en una celebración escolar. Mercedes intenta esconderse en el fondo, pero Médici le dice que avance frente a todas las maestras, a sus compañeros y los padres, y que cante en voz alta y clara. Está nerviosa, aterrorizada, pero lo hace tan bien que su maestra y algunos de sus amigos deciden, sin decírselo, inscribirla en un certamen en la estación de radio local. “Recuerdo cantar desde el principio de mi vida. Sin embargo, no es lo mismo cantar en casa que para el mundo. Hay una fecha para esto. Tenía 15 años de edad y un día la escuela terminó dos horas antes. Hubo un certamen en la estación de radio de la ciudad, LV12. Me presenté más como un juego que para cantar”.
Mercedes escogió cantar “Triste estoy”, una zamba de Margarita Palacios bajo el seudónimo de Gladys Osorio. Ganó el certamen y el premio era un contrato de dos meses con la estación de radio. Este fue el primer hito de su larga carrera. Mercedes ya sabía que quería pasar el resto de su vida cantando. Había nacido una estrella.
Su madre sabía sobre el certamen, pero no Ernesto, su padre, quien sabían que no lo aprobaría. Lo descubrió eventualmente, al reconocer la voz de su hija en la radio, y se molestó mucho. Cuando Mercedes regresó a casa, la abofeteó, algo que jamás había hecho antes. No quería que su hija se convirtiera en cantante, pues pensaba que eso la alejaría de la familia y la llevaría a un estilo de vida alocado y libertino. No creía que hubiese ningún futuro en ser un cantante y quería que sus hijos tuviesen una educación para que pudiesen lograr más en la vida de lo que había logrado él. Pero para tener el contrato de dos meses con la estación de radio, Mercedes, una menor de edad, necesitaba la firma de sus padres, y Ema no quería firmar a espaldas de su esposo. Es una mujer inteligente que sabe cómo influenciar a su esposo. Luego de algo de persuasión, finalmente él se rindió y firmó el contrato bajo la condición de que Mercedes tuviera una educación. Para complacerlo, ella decidió convertirse en profesora de danza y estudió danzas tradicionales latinoamericanas como chacarera, milonga y zamba.
La zona en la que creció, con la influencia de la cultura indígena de la cercana Bolivia, la inspiró para convertirse en una cantante folclórica, si bien podría fácilmente haber hecho en cambio una carrera en la ópera, cosa que incluso contempló durante un tiempo. Su elección de estudios resultó ser una ventaja para su carrera artística. Pero no podía dejar de cantar y seguía recibiendo invitaciones para actuar en eventos públicos. Sus padres no tuvieron otra opción que acostumbrarse a la idea, y poco a poco lo hicieron. Pronto, toda la familia está siguiéndola a donde fuera que vaya.
Por mucho que le encante cantar y por muy seguido que lo haga ante el público, para Mercedes sigue siendo un desafío enorme cada vez que se planta ante ellos. Sigue siendo tímida y, a pesar de las apariencias, padece un severo pánico escénico. Es un miedo que sabe que debe superar si quiere alguna vez hacer realidad su sueño.
EMA Y Ernesto están interesados en la política. No pertenecen a ningún partido pero apoyan a Juan Domingo Perón, e incluso más a su esposa, Evita, a quien admiran por su belleza exterior y su influencia. Como ellos, Evita proviene de una región pobre del país; a diferencia de ellos (pero quizás como su hija), ella se abrió paso para salir de la pobreza como actriz. Ahora, con su esposo en el sillón de Rivadavia, es responsable del Ministerio de Trabajo, así como del Ministerio de Salud. Se ha enfocado en hacer reformas para ayudar a los más pobres de la población y fundó una organización de caridad, la Fundación Eva Perón, responsable de construir casas, escuelas, hospitales y hogares para niños. Evita también está detrás de la legislación que dio a las mujeres el derecho a votar por primera vez. Es una heroína a los ojos de la clase trabajadora y es amada por millones de argentinos, aunque la derecha de la sociedad se opone a ella vehementemente.
A los 17 años, Mercedes adora a Evita y la ve como una verdadera revolucionaria. Es una enorme tristeza para ella cuando, el 26 de julio de 1952, Evita muere a causa de un cáncer cervical, con sólo 33 años de edad.
EN 1957 Mercedes conoce a Manuel Oscar Matus, un compositor y guitarrista apasionado por la música latinoamericana, igual que Mercedes. Se enamoró perdidamente de él y sus canciones a pesar del hecho de que ya estaba comprometida con otro. “Estaba por casarme con un hombre rico, pero me casé con un hombre pobre, y jamás lo lamenté. Ese hombre pobre fue el autor de las canciones más hermosas que he cantado. Si no me hubiera casado con él, hubiese sido un gran error”.
Oscar también es bien parecido y encantador, con sólidos ideales de izquierda. Se casan el 5 de julio de 1957. Mercedes no quiere irse de Tucumán, donde ha vivido toda su vida, pero Oscar la convence de mudarse a Mendoza, en el centro oeste del país. La ciudad es un punto de encuentro cultural para artistas, donde muchas amistades beneficiosas se forjan. Pronto Mercedes queda embarazada y el 20 de diciembre de 1958 da a luz a un hijo, Fabián. Ganarse la vida con la música es un desafío tremendo; la nueva familia lucha financieramente y vive en condiciones de pobreza que recuerdan a Mercedes su infancia. Aunque les hubiese encantado permanecer en Mendoza, las circunstancias amenazantes los fuerzan a mudarse a Buenos Aires, dejando atrás a amigos y familiares para comenzar un viaje hacia una vida mejor y más estable.
Pero en la capital pronto descubren que no pueden vivir sólo de la música, por lo que aceptan empleos de limpieza y trabajan por la noche como botones en hoteles. Mercedes, como sus padres antes que ella, sufre por el peso de no ser capaz de alimentar a su familia. Cuando va al mercado, compra los descartes de costillas sin carne en ellas; esos huesos darán algo de sabor a la sopa que cocina. Por primera vez en su vida se siente desalentada y deprimida. Ésta no es la vida que había imaginado, ni para ella ni para su hijo.
Artísticamente, Oscar Matus es una tremenda inspiración para Mercedes, pues le resulta una gran alegría cantar sus canciones. Él la alienta a dedicarse aún más a las tradiciones musicales originales latinoamericanas y a revivir la música folclórica, un género que está a punto de caer en el olvido debido al incesante avance de la música contemporánea. Él es el productor de sus primeros dos álbumes, La voz de la zafra y Canciones con fundamento. A menudo dan conciertos para estudiantes en el campus de la Universidad de Buenos Aires, donde Mercedes tiene una gran aceptación entre los estudiantes, que están impresionados por su voz y su personalidad cautivante. Ella siempre tiene tiempo para hablar con ellos y escuchar sus ideas. Pero, al mismo tiempo, a medida que crece su popularidad surge una envidia artística en Oscar que pesa sobre su matrimonio. La presión financiera, aún presente a pesar de los recientes logros de Mercedes, afecta su matrimonio aún más. Independientemente de su afecto por la música de Oscar, para ella la duración de su matrimonio es algo incierto. Pareciera que sólo su pasión por la música es lo que los mantiene juntos.
COMENZANDO EN Chile bajo la influencia de Violeta Parra y Víctor Jara, el Movimiento Nueva Canción se difundió en los ’60 y ’70 por toda América Latina. Está asociado con la música revolucionaria porque sus músicos apuntaban a unirse con sus oyentes exigiendo democracia y justicia social, esperando lograr un cambio social y político a través de la música. Las letras ponían problemas como la pobreza, el imperialismo, la democracia, los derechos humanos y la libertad religiosa en el candelero y se relacionaban con el pueblo marginado poniendo en palabras sus luchas y sus esperanzas. La canción “Plegaria de un labrador”, de Víctor Jara, por ejemplo, habla de la necesidad de una reforma agraria, dando a los granjeros el derecho a poseer la tierra que cultivan.