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Líbranos de aquel que nos domina en la miseria
Tráenos tu reino de justicia e igualdad
Sopla como el viento la flor de la quebrada
Limpia como el fuego el cañón de mi fusil
Hágase por fin tu voluntad aquí en la tierra
Danos tu fuerza y tu valor al combatir
Sopla como el viento la flor de la quebrada
Limpia como el fuego el cañón de mi fusil
Estas baladas, cargadas de mensajes políticos envueltos en metáforas evocadoras y poéticas, son percibidas como amenazas por parte de gobiernos opresores. Una de las canciones favoritas de Mercedes, que de muchas maneras se convirtió en el equivalente de su propia lucha y resistencia, es “Como la Cigarra”, de la poetisa argentina y escritora de libros infantiles María Elena Walsh.
Tantas veces me mataron,
Tantas veces me morí,
Sin embargo estoy aquí
Resucitando.
Gracias doy a la desgracia
Y a la mano con puñal
Porque me mató tan mal,
Y seguí cantando.
Cantando al sol como la cigarra
Después de un año bajo la tierra,
Igual que el sobreviviente
Que vuelve de la guerra.
Mercedes Sosa y Oscar Matus son las figuras clave del Nuevo Movimiento de la Canción en Argentina. Con la intención de intercambiar ideas con artistas y movimientos de toda Latinoamérica, se encontraron con otros 11 artistas y poetas en Mendoza el 11 de febrero de 1963 para firmar el Manifiesto fundacional del Nuevo Cancionero. El movimiento enfatiza la historia indígena del continente y las raíces culturales nativas, utilizando instrumentos folclóricos como la flauta andina, la quena, la flauta de pan y el charango de 10 cuerdas.
En Argentina, Mercedes y Oscar trabajaron muy cerca de Armando Tejada Gómez, un poeta argentino que vivía en Mendoza. Gómez escribe las canciones, Matus compone la música y Mercedes Sosa provee la voz que conecta a las otras dos. Mercedes jamás escribe sus propias canciones; su fortaleza yace en interpretar las canciones de otros y hacerlas suyas. “Me enamoro de una canción como una se enamora de un hombre. Amo lo que canto”
, dijo. Muchas de sus canciones son de Víctor Jara y Violeta Parra, de Chile. “Gracias a la vida”, de esta última, se convierte en una de las canciones más conocidas del movimiento a nivel mundial, gracias a la interpretación de Mercedes, que es notablemente persuasiva y personal, al punto de que la canción se convierte definitivamente en su marca registrada. En Estados Unidos es cantada por Joan Baez, quien también usa su popularidad como vehículo para la protesta social, expresando una visión antiimperialista como resultado de la guerra de Vietnam.
OSCAR MATUS es un comunista ferviente y apoya los métodos activistas. Mercedes se une a él en el Partido, pero no puede aceptar su enfoque activista, por lo que renuncia poco después. A pesar de la brevedad de su membresía en el Partido Comunista, será encasillada por el resto de su vida como uno de sus miembros, estigmatizada por los políticos de derecha como comunista y una amenaza. Mientras tanto, los comunistas aprovechan la aparición de su nombre en sus listas de miembros, y al mismo tiempo la culpan de no ser una comunista “real” porque no rompe con la Iglesia Católica. Sin embargo, Mercedes no permite que nadie la encasille. Ella es lo que canta en la canción “Como un pájaro libre”, un pájaro libre que sigue su corazón y sus convicciones en todo lo que hace.
Su intervención en el Movimiento del Nuevo Cancionero es una plataforma ideal desde la que puede combinar su arte y su preocupación por los problemas humanos. Es una mujer con una ideología de izquierda, pero no se ve a sí misma como una líder política ni quiere ser etiquetada como cantante de protesta tampoco.
“¿Son canciones de protesta? Jamás me gustó esa etiqueta. Son canciones honestas sobre cómo son las cosas en realidad. Soy una mujer que canta, que intenta cantar lo mejor posible con las mejores canciones disponibles. Me fue impuesto este papel como gran protestante, pero no es así en absoluto. Sólo soy una artista que piensa. La política siempre ha sido una cosa ideal para mí. Soy una mujer de izquierda, pero no pertenezco a ningún partido y los artistas pensantes deberían permanecer independientes de todos los partidos políticos. Creo en los Derechos Humanos. La injusticia me duele, y quiero ver paz verdadera”
, dijo.
Por insistir en que es una artista, se gana algunos enemigos en la izquierda, mientras que su ideología de izquierda la hace enemiga de la derecha. Es un dilema, pero eso no impide que tome una posición con su música. “A veces una canción necesita tener contenido social. Pero el problema primordial es la honestidad de uno. En América Latina, el mero acto de una artista siendo honesta es en sí mismo político”
, dijo, y propugnó que los artistas tienen el mismo derecho a tener una ideología que cualquier otro.
NO SON sólo dilemas políticos los que Mercedes debe superar. También enfrenta un dilema moral: ha quedado embarazada por segunda vez. Mercedes ama a los niños y quiere más, pero siente que es una irresponsabilidad de su parte
. Su carrera consume casi todo su tiempo y energía y está viviendo una vida turbulenta, a menudo cambiante, que carece de un entorno seguro necesario para criar un hijo. Ya está luchando por ser la madre que quiere ser para Fabián y es un enorme desafío para ella reconciliar sus altas expectativas para sí como madre con sus ambiciones como artista. Está abrumada por la idea de tener un segundo hijo y, cuando enferma durante su embarazo, decide hacerse un aborto, una decisión difícil para ella, que la hace sentir que no es capaz de vivir según sus ideales.
Esta experiencia le da una nueva perspectiva de las jóvenes que quedan embarazadas contra su voluntad. No está en contra de la Iglesia Católica, pero ve como un problema que la Iglesia esté en contra de enseñar a los jóvenes adultos sobre sexualidad y que no se ocupe del problema de los niños abusados por sacerdotes. Demasiadas adolescentes mueren por acudir a médicos incompetentes que no saben cómo hacer el procedimiento de manera segura y adecuada. Cree que las niñas promedio de 15 años de edad no son capaces de cuidar un hijo y que dichas niñas necesitan que alguien hable por ellas.
Como resultado, se embarca en un viaje de por vida, convirtiéndose en vocera de los derechos de la mujer y, en 1995, es distinguida por su trabajo al recibir el Premio UNIFEM de las Naciones Unidas.
Mercedes jamás se arrepiente de su decisión de hacerse un aborto, pero sin embargo con frecuencia se siente culpable al respecto.
LA PRESIÓN financiera, su estilo de vida impredecible, criar un hijo, sus desacuerdos en política y los celos de Oscar —que causan que él la maltrate— la fuerzan a preguntarse si puede mantener sus votos y conservar su matrimonio
. Está desesperada por escapar, pero está atrapada por su voto. Siempre ha sido una “buena chica”. No ha tenido sexo con nadie antes de casarse y jamás le ha sido infiel a su esposo. De acuerdo con las normas de la época y los valores tradicionales de su región, creció creyendo que las buenas chicas no se divorcian. Aun así, está evaluando tomar otra difícil decisión que va contra sus valores y su personalidad leal. Pero mientras lo está considerando, se entera de que Oscar le ha sido infiel y quiere dejarla por otra mujer. Él toma la decisión por ella, aliviando su conciencia. De todas maneras, ella se siente humillada y encuentra difícil aceptar que él la ha abandonado. El odio no es un sentimiento que la posea normalmente, pero Mercedes siente odio hacia la otra mujer durante el resto de su vida. “No rompí mi matrimonio. Él me abandonó. Una chica tucumana se casa de por vida. Eso me destruyó”
.
Mercedes y Oscar estuvieron casados durante ocho años cuando Mercedes, a los 30 años de edad, finalmente aceptó que el matrimonio había muerto y aceptó separarse.
Luego del divorcio se sentía desconsolada y sola. Ni siquiera tenía un lugar de residencia permanente e iba de una pequeña pensión a otra con Fabián, que ya tiene siete. Eventualmente decide enviar a Fabián a vivir con sus padres en Tucumán. Sus ingresos provienen de cantar en clubes nocturnos en Buenos Aires, pero no gana lo suficiente y tiene que pedir prestado a sus amigos para poder sobrevivir. Llegado el momento de devolver a sus amigos y al preguntar cuánto debe, todos le responden con variaciones de la réplica: “¿Qué dinero?”. Queda profundamente conmovida por el sentido de solidaridad mostrado por sus amigos, que son artistas luchando por llegar a fin de mes también.
En 1965, Mercedes da un paso significativo hacia adelante en su carrera. Gracias al apoyo de un cantante argentino muy popular, Jorge Cafrune, quien la invita a cantar en el Festival Nacional de Folclore de Cosquín, donde tiene un gran éxito. Al inicio, el comité del festival no quiere que cante pues la considera una comunista, pero Jorge Cafrune insiste. Parada en el escenario con su brazo rodeando a Fabián, a quien lleva con ella siempre que puede, agradece a Jorge Cafrune y al comité la oportunidad de cantar. La canción que le da su mayor espaldarazo es casi profética, su letra apuntando ominosamente lo que ella está a punto de enfrentar.
Viene a mí la noche en medio de la tarde,
Pero no quiero convertirme en sombras,
Quiero ser luz y quedarme.
EN 1967 una nueva vida va tomando forma. Profesionalmente, Mercedes está siendo presentada en los grandes escenarios internacionales. Realiza conciertos en Miami, Roma, Varsovia, Lisboa, Leningrado y muchas otras ciudades. Se compromete con Francisco “Pocho” Mazzitelli, su representante, con quien había establecido una amistad estando aún casada con Oscar. Al principio era simplemente un muy buen amigo y compañero, pero la amistad se convirtió en amor. Se hizo imprescindible para la manera en que Mercedes se desarrollaba como música, pues le gustaban muchos géneros diferentes y la introdujo en la música clásica y el jazz. Su relación ayudó a Mercedes a evitar que se volviese aún más depresiva y solitaria luego de su divorcio. Francisco, o Pocho, como ella lo llama, la sacó de la oscuridad y Mercedes se dio cuenta de que debía aferrarse a él para mantenerse en la luz.
Decidieron casarse en 1968. Pocho es un par de años mayor que Mercedes y le da la estabilidad y la paz que jamás experimentó en su matrimonio con Oscar. Terminó siendo el amor de su vida, su verdadero compañero y un padre sustituto para Fabián. También está allí para apoyarla en su duelo cuando su padre muere repentinamente de un ataque al corazón en junio de 1972, a la edad de 62.
AL CRECER la popularidad del Movimiento Nueva Canción entre la clase trabajadora, se convierte en una amenaza para los dictadores gobernantes de todo el continente. Pronto, muchos de sus artistas enfrentan opresión política —censura, persecución, intimidación— y algunos son forzados a exiliarse. Uno de los líderes del movimiento en Chile, el buen amigo de Mercedes, Víctor Jara, públicamente apoya a Salvador Allende para presidente. En 1970, Allende asume como primer jefe de estado socialista en un país latinoamericano elegido democráticamente. Cuando se para frente a las masas por primera vez para ser aclamado, hay una pancarta colgando tras él que dice: “No es posible hacer una revolución sin cantar”.
Víctor Jara participa de todas las reuniones políticas de Allende. Da conciertos gratuitos en apoyo del gobierno y giras por todo el mundo, resaltando para el público el estilo de socialismo pacífico de Chile. Sin embargo, luego de un sangriento golpe el 11 de septiembre de 1973, los militares, liderados por el Comandante en Jefe Augusto Pinochet, derrocan a Allende, quien muere por causas desconocidas durante el ataque al Palacio de la Moneda.
Al mismo tiempo, Jara está en la Universidad Tecnológica de Santiago, donde es profesor. La universidad está ubicada a sólo unos cientos de metros del palacio presidencial y está rodeada por los militares, por lo que nadie puede salir. Víctor llama a su esposa inglesa, Joan, desde la Universidad, y le dice que se quede dentro de su casa con sus dos hijas hasta que los combates terminen. Le dice que pasará la noche en la Universidad con otros profesores y estudiantes y que regresará por la mañana. Se declaran mutuamente su amor antes de cortar la comunicación. Es la última vez que ella escucha su voz. Por la mañana, los estudiantes y profesores son atacados por los militares y, junto con miles de otros chilenos pro-Allende, son llevados al Estadio Nacional de Fútbol. Allí, Jara es torturado. Primero lo obligan a cantar y tocar la guitarra. Luego, cortan sus manos con un hacha antes de matarlo con cuarenta y cuatro disparos en la cabeza, pecho, brazos y piernas. Unos días más tarde, Joan encuentra su cuerpo en una zanja en las afueras de Santiago.
Lo hicieron por miedo. Como dijo un oficial, “Víctor Jara puede hacer más daño con sus canciones que 100 ametralladoras”. La declaración del oficial sirve como ejemplo de lo poderoso que se había vuelto el Movimiento Nueva Canción y por qué la junta militar bajo el mando de Pinochet prohibió el nombre y la música de Jara en todo Chile. Afortunadamente su viuda, Joan, logró llevar de contrabando fuera del país la mayoría de la música original de su esposo, permitiendo que sea copiada y difundida por todo el planeta. Su trágica muerte lo convirtió en un mártir, un símbolo de la lucha contra el fascismo y la injusticia social en América Latina y en el resto del mundo.
Cuando la noticia del asesinato de Víctor Jara llegó a Mercedes, rompió en llanto. Ahora sabe cuán lejos puede estar dispuesto a llegar un régimen para detener a los cantantes del Movimiento Nueva Canción. Simultáneamente se da cuenta de la poderosa arma que son las canciones. Está decidida a seguir cantándolas a cualquier costo, siempre que den esperanza al pueblo. La muerte de Jara sólo alimentó el fuego que ya ardía dentro de ella. Ahora, más que nunca, está lista para continuar su resistencia contra los opresores de los pobres.
El último álbum de Mercedes, Hasta la victoria, contiene canciones de contenido social y político, claramente en respuesta a estos horribles eventos. La canción “Plegaria a un labrador” es prácticamente una capa roja agitada frente al toro desbocado de la derecha, pues fue escrita por Jara. En Chile, la canción ha sido censurada. Mientras tanto, en Argentina, las autoridades bajo el liderazgo de Alejandro Agustín Lanusse se sienten también amenazadas y provocadas por las canciones de Mercedes. Temiendo que ella incite a una revuelta, prohíben la mayoría de sus canciones, que dejan de escucharse en la radio. Sus grabaciones ya no pueden ser vendidas en las tiendas. Aún tiene permiso para actuar si mantiene las canciones prohibidas fuera de programa, pero su libertad de expresarse y ganarse la vida es gravemente restringida. “Siempre canté canciones sinceras sobre el amor, sobre la paz, sobre la injusticia. Lamentablemente, algunas personas se sienten amenazadas por la verdad”
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