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Historia Del Pueblo Zaza
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Historia Del Pueblo Zaza

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Los kurdos, que son originarios de Bosnia, Croacia y Macedonia, fueron los primeros que se convirtieron al islam, y bajo el estandarte islámico empezaron a instalarse en la tierra de los zazas. El nombre originario de los kurdos es Bacnavi-Boht. Llegaron a Anatolia en el siglo XII a. C. (Ekrem Akurgal, arqueólogo y profesor, en el libro de las civilizaciones de Anatolia). Aunque eran originarios de Bosnia, Herzegovina, Croacia y Macedonia, se instalaron en Irán al este del lago Urmía, en la región de Manna, y tomaron el nombre de kur, que significa en sumerio país, y compuesto también con la palabra manna. Así nació el kurmanc de la fusión de esas dos palabras. En colaboración con el sultán otomano Yavuz Selim y el dignatario kurdo Idrisi Bitlisi, empezaron a llegar al este y sureste de Anatolia (regiones zazas), después de la masacre de los zazas alevís.

Después, gracias a los privilegios acordados por los otomanos, los kurdos consolidaron su presencia en tierra de los zazas y al mismo tiempo obligaron a una gran parte de estos a convertirse al islam sunnita. Los que se negaron fueron matados por las espadas kurdas. Más tarde, las políticas kurdas tuvieron el valor de afirmar que los zazas no eran sino kurdos y que su lengua era sólo un dialecto que provenía del kurdo.

También los armenios llegaron aproximadamente en el mismo periodo que los kurdos, hacia el 1200 a. C., desde los Balcanes, y se instalaron en las llanuras altas de Mesopotamia y en la región del lago Urmía. Su nombre originario fue Paflagonia, pero posteriormente tomaron un nombre concorde a los sumerios, hititas y acadios: arma y armanu que derivaron en Armenia.

Sólo nos cabe preguntarnos de qué manera los armenios pudieron expandir tanto su territorio, y sin gran dificultad, hacia las zonas pobladas por los zazas, en la parte de Anatolia.

Hay dos razones para ello. Primero, los armenios eran un pueblo cristiano, apoyados primero por los romanos y luego por los bizantinos. Segundo, los armenios eran los aliados naturales de los romanos, que les permitieron instalarse en aquel espacio. Si los romanos contaron con los favores de los romanos y posteriormente por los misioneros occidentales, los kurdos fueron todavía más afortunados, ya que desde el 637 fueron ayudados por los árabes y a partir de 1514 por los otomanos.

Los armenios, a su vez, empezaron a codiciar las tierras zazas. Razón por la cual, hasta el siglo XX de nuestra era, pudimos ver a un gran número de armenios en diferentes ciudades zazas, como Diyarbakir, Dersim y Harput.

Sin embargo, en el momento en que el imperio hitita acababa de desaparecer en favor de los asirios, urartus y medas, y después de los aqueménidas, los zazos fueron diezmados por doquier dentro de nuevos imperios, pero su territorio siempre fue designado con el nombre “zaza”.

Una de las primeras personas que habló de los zazas fue el rey de Urartu, Argitis I (780-755 a. C.), que puso como nombre al pueblo entre dos ríos los “zavaidi”.

El rey de los persas, Darío I (522-486 a. C.), en sus escritos encontrados en las rocas de Behistun, en el actual Irán, indicaba los territorios que había sometido, y cita el nombre de “Zazana” (los zazas) (515 a. C.), la tierra entre dos ríos (el Tigris y el Éufrates). Además, en la cuenca del Tigris y del Éufrates, es decir, en la región actual de Dersim y Elazig, existía un reino llamado Sofene. A la cabeza de aquel reino se encontraba un zaza, Zariaders (en zazaki significa amarillo). Muchos escritores coetáneos como Tito Livio (59 a. C. – 17 d. C.), Plinio el Joven (61 – 114 d. C.) y el geógrafo griego Estrabón (58 a. C. – 21 ó 25 d. C.) hablan del reino de Sofene en sus obras en varias ocasiones.

El territorio de Sofene fue anexionado al reino de Urartu en el siglo VIII a. C. por Argisthi I. Este rey deportó a una parte de sus habitantes para poblar la nueva ciudad que acababa de fundar, Erebuni, en el 782 a. C.

Sofene se halló a continuación dentro del reino de los oróntidas. Se fue helenizando progresivamente después de las campañas de Alejandro Magno en los años 330 a. C.

En el siglo III a. C. los seléucidas impusieron a los oróntidas la secesión de la región. Sofene se convirtió entonces en un reino independiente dirigido por una rama de los oróntidas.

Del 210 al 204 a. C. una serie de campañas victoriosas permitió al emperador seléucida Antíoco III ocupar a la vez Armenia y Sofene, poniendo fin al reinado de la dinastía oróntida. Sin embargo, después del desastre de la batalla de Magnesia del Sipilos contra los romanos (190 a. C.) y la paz de Apamea (188 a. C.), Sofene se independizó de nuevo y fue dirigida por un estratega de Antíoco III, Zariadris, y sus descendientes. Estos reinarían en la región hasta su anexión por Tigranes II en el 90 a. C. Especialista en historia medieval, Mehrdad Izadi indica que Sofene es de la tribu Supani de Elazig, y que esa tribu todavía vive a día de hoy.

Por su parte, el historiador medieval Ibn Hawkal también habla de los zazas: “Desde Zawzan se envían a Iraq y a Siria, sobre todo asnos, conocidos por su resistencia y su fuerza”. (Ibn Hawkal. La configuration de la Terre, Tomo II, introducción y traducción de J.H. Kramers y G. Wiet. 2001).

El historiador y geógrafo árabe Yakut El Hamavi (1179-1229) en su diccionario geográfico, al hablar del reino de Sofene, indica que la población de la ciudad estaba compuesta por un 25% de armenios y el resto, 75%, de zazas. El fundador de la ciudad de Arsamosata (situada en la cuenca de Aratsnai, una de las ramas del río Éufrates) era de origen zaza, Arames (260-228 a. C.) y fue el rey de Sofene. La ciudad cambió de nombre en varias ocasiones. Los bizantinos la llamaron Asmosata, los armenios la llamaron Aşmuşat, los caldeos Arşemşat y los árabes Sumaysat (o Sumeisgat). En zazaki, “ciudad” significa “şarışton” (sharishton). En las lenguas persas şat, şar o şahar significa “ciudad”. Todavía a día de hoy, “ciudad” en zazaki se sigue diciendo “şarıştan”.

Esta ciudad de Şemşat (o Şarışton) se encuentra a orillas del río Murat, en la región de Palu, cerca de Elazig. Además, gracias a las investigaciones arqueológicas que se hicieron en el fuerte de Şemşat, sabemos que el pueblo de Xaraba (las ruinas) cerca de Palu fue la capital histórica del reino de Sofene. A raíz de la turquización de los nombres de las ciudades y pueblos zazas, en la actualidad ese pueblo se llama Öremcik.

En cuanto al geógrafo de origen griego, Estrabón, indicaba que la capital del reino de Sofene fue la ciudad de Carcathiocerta (Karkathioserta). Esta se situaba cerca de la ciudad de Harput (región zaza) y se parecía mucho al nombre de esta ciudad. Otro escritor, llamado Marquart, situaba la capital de Sofene entre la ciudad zaza de Egile y las aguas del Aragahan.

Cuando hizo la descripción de Armenia, el historiador romano Plinio el Viejo dijo: “las ciudades conocidas en la pequeña Armenia son Cesarea, Aza, Nicópolis, la gran Armosat está cerca del Éufrates, mientras que la ciudad de Karkathioserta se encuentra cerca del Tigris. Armenia del este está rodeada, aunque no a simple vista, por las montañas Ceraunias y Adiabene. Las llanuras de los alrededores están bajo dominación de los sofenes. Más allá de Sofene hay montañas y tras las montañas está Adiabene. Esta localidad está rodeada por el río Tigris y montañas que son muy difíciles de cruzar. A la izquierda se encuentra la tierra de los medas, el mar Caspio y en la costa de dicho mar se encuentran varios pueblos (VI, 15)”.

La ciudad de Aza de la que habla Plinio el Viejo puede ser “Zaza”. Con el tiempo la letra zeta fue borrada quizá porque el traductor ignorara dicha letra y no lo tradujo correctamente. Así es como podemos acabar encontrando el nombre de Aza en vez de Zaza.

Todos estos datos nos muestran que el pueblo zaza se encontraba en Anatolia desde sus orígenes y que por lo tanto es uno de los pueblos más antiguos de Anatolia y Mesopotamia y que tiene lazos de parentesco muy fuertes con todos aquellos pueblos que a su vez también fueron olvidados por los investigadores, historiadores y arqueólogos. Aunque la existencia de los sumerios fuera revelada hace ya tiempo, en contra, la de los hititas, hatti, luvitas y hurritas lo ha sido más tardíamente, hacia principios del siglo XX.

Que el nombre de los zazas a menudo haya sido olvidado y no haya sido mencionado por investigadores, lingüistas o arqueólogos es porque nunca hubo el objetivo de encontrar pruebas de su existencia. Además, siempre se escogía a traductores, guías o asistentes de fuera de la comunidad zaza.

“Los investigadores rebuscaron mucho tiempo en los archivos de Bogaz-Köy en busca de otros nombres de consonancia homérica, pero los resultados fueron muy inciertos. En cambio, encontramos en las tablillas de Micenas un montón de gente muy común… Taroisa estaba situada en una región que los hititas llamaban “Assuwa”, quizá provenga de aquí la etimología del nombre “Asia”.”

En este párrafo vemos más o menos el estado de las investigaciones o la narración de los historiadores. Está claro que la idea de inicial era encontrar nombres con consonancia homérica. Así pues, los otros nombres parecían insignificantes o bien se intentaba aproximarlos a los nombres que se estaba buscando. Como prueba, el autor del párrafo indica que el nombre de Assuwa puede designar Asia. ¡Cosa que es falsa! Se trata de un nombre zazaki que significa “hasta mañana” (a suba) o “la luna” (achuma) o también “es vuestro” (aychêma). Si hubiera habido la presencia de una persona que hablara zazaki con la o las personas que consultaron los archivos de Bogaz-Köy, habrían encontrado una aproximación del nombre de Assuwa a su significado propio escrito más arriba. Partiendo de este análisis, se puede deducir que los historiadores, arqueólogos, investigadores, etc., cometieron negligencias cuando consultaron los archivos de los hattis, hititas, sumerios, luvitas, etc.

En el caso preciso del pueblo zaza, la traducción de las palabras siempre se ha hecho en favor de otros pueblos y en particular del kurdo. De hecho, la lengua zazaki siempre ha sido presentada a los investigadores, arqueólogos, diplomáticos, militares extranjeros y occidentales como un dialecto de la lengua kurda. Incluso a día de hoy los kurdos dicen que su lengua la componen varios dialectos, entre ellos el zazaki. Sin embargo olvidan una cosa, si el kurdo lo componen varios dialectos, ¿dónde está entonces el kurdo? ¿Cómo puede ser que una lengua que no existe pueda tener tantos dialectos?

Ernest Renan decía que si estamos delante de dos personas que no se entienden, significa que nos encontramos delante de dos pueblos. Hoy en día, los kurdos y los zazas se encuentran en esa situación. Es decir, que un kurdo no entiende a un zaza que habla en zazaki.

Los políticos kurdos, como medida de control de una fuerte densidad de población y de territorio, no cesan, desde hace sesenta años, de lanzar una propaganda engañosa sobre la existencia del pueblo zaza.

Como ya sabemos, cada investigación tiene un objetivo que ha sido fijado previamente. Si por desgracia, como suele ocurrir con los trabajos arqueológicos, los arqueólogos encuentran otros elementos que los objetivos iniciales, los descartan o bien intentan cueste lo que cueste reconducir el descubrimiento en cuestión, ya sea hacia su objetivo inicial, ya sea hacia otro pueblo ya conocido. Es probablemente lo que ocurrió con el pueblo zaza.

El pueblo zaza es un sacrificado de la historia a causa del desconocimiento de su lengua y de su nombre por parte de los arqueólogos que sustituyeron los descubrimientos sobre los zazas en nombre de otros pueblos.

2. Las similitudes en el ámbito lingüístico entre las antiguas civilizaciones de Anatolia y Mesopotamia y el pueblo zaza

Las similitudes entre el pueblo zaza y las antiguas civilizaciones de Anatolia y Mesopotamia se sitúan principalmente a nivel lingüístico y de creencias. Sin embargo, podemos hacer hincapié en ciertas similitudes que existen en el ámbito de consonancia con los nombres de lugares, nombres propios y diferentes grupos de palabras.

Poniendo el acento en este tema, el lector debería entender por qué hablamos de las civilizaciones sumeria, hatti, hitita, luvita, hurrita. Esto sigue con las investigaciones efectuadas por Kemal Soyer, antiguo director general para la protección de la naturaleza y del patrimonio cultural del Ministerio de Cultura de Turquía.

A la luz de las investigaciones efectuadas por Kemal Soyer, parece que los Lulu-Dımı y los zazas alevís, los pueblos autóctonos de la cuenca del Éufrates y del Tigris, son el origen de las civilizaciones sumeria, hatti, hitita, luvita y hurrita. Se puede deducir pues que los pueblos mencionados más arriba tienen muchas similitudes como antepasados o tienen un lazo de parentesco con el pueblo zaza. Como vamos a ver, existen muchas semejanzas entre la lengua zazaki y la de los sumerios, hititas, luvitas y hurritas.

En sumerio, “hombre” se llama lu lu. La evolución de esta palabra en los zazas da lo (m) y le (f). Za en zazaki quiere decir “nacimiento”. Za-lu significa pues “el nacimiento del hombre”. La lengua corriente de Za-lu es Zil, Zilan, que es el nombre de las tribus zazas alevís.

Por otra parte, el nombre del primer hombre en los sumerios es Lulu, que se traduce por Lol, y que es el nombre de una tribu zaza: Lu-lubi-lo-lan.

Dumu.lu.ulu.lu significa en sumerio “la humanidad”. La evolución de esta palabra en lengua zazaki da Dımı li, Lulu.

El nombre del río Éufrates se dice en sumerio Buranun, y en acadio Purattu. En la lengua corriente de hoy en día esto da Subaru y Beri (en zazaki), Beritan, Fırat y Peri Suyu (en turco), que significa “agua de hada” en castellano.

El “paraíso” se llama Bar; el Éufrates se considera como el río del paraíso.

El nombre de Éufrates da en hitita Id Mala (el río de Miele). La evolución de la palabra da Dımı li-Atmalı, Mil significa en zazaki “el cuello”. Milan es el nombre de una tribu zaza: los milanis.

El nombre de la montaña donde el Éufrates tiene su fuente es Dumulu-Baba = Dimili Baba.

El río Murat tiene su fuente en el monte Ağrı Diyadin: Ali Daği (ali = montaña).

El nombre del Tigris en hurrita es Arunzah (el río de leche y de mantequilla). Ron significa “mantequilla”.

Kur en hitita significa “país” y “montaña”. Además, Kur es el nombre actual de un pueblo zaza en la localidad de Bingöl (en Turquía).

Ku o Ko significa “montaña” en el zazaki actual.

El río Tigris tiene su fuente en la montaña Hazar Baba. En zazaki Hanzar significa “mil”.

Hazar Gölü significa “mil lagos”. El dios del Éufrates se llama Enbilulu.

El dios sumerio del tiempo y de la tormenta es El, Enlil o Ellil. La evolución actual da Eli, Oli, Ali, En-e Lola que significa “padre, señor del hombre”.

El apodo de Enlil es Baal. En la religión de los alevís zazas, el número cincuenta se pronuncia eli en turco, en referencia a Eli u Oli, que es un dios sumerio. En la actualidad, el número cincuenta es ali para los alevís zazas.

Para los sumerios, los dioses de la tierra, del agua, de la sabiduría y del país se identifican con Ki Engur, que significa “razón” en zazaki.

El nombre del dios de Anatolia es Estan-Istanu, en sumerio Dutusi.

La evolución actual del dios solar es Ezdan, Tiji.

El nombre del país sumerio Ki.Engurra (tierra de Engür, patria de Engür, patria de Hünkar) significa “el profeta, el protector”.

El dios que dio el nombre de Hatti a Anatolia es el hijo de Enlil: Hadat. El nombre de su pueblo es hatti e hitita; la evolución actual da Hüda/Xweda.

El nombre del pueblo en la lengua actual es Xida, Lola.

Taru (Tar), el dios de la tempestad de Hatti significa en zazaki “vegetación”.

Ma da en zazaki “nosotros, madre”.

Arma o asma (aşma) significa en zazaki “luna”.

La diosa Inara significa en zazaki “esta vez, de esto”.

La diosa solar de Arinna, Adêr, significa “fuego”.

La divinidad hurrita Teshub y su paredra Hebat significa en zazaki “trabajo”.

3. Las similitudes en el ámbito de las creencias entre las antiguas civilizaciones de Anatolia y Mesopotamia y el pueblo zaza

La religión se remonta a la edad de piedra. Se trataba del culto a la tierra que estaba personificado como una diosa-madre. Los hattis honraban a la diosa-madre para asegurarse buenas cosechas y su bienestar. El panteón de los dioses hattis contenía el dios de la tormenta, la diosa del sol y un buen número de otros dioses menores.

Fuentes pictóricas y escritas muestran que la divinidad primordial para los habitantes de Anatolia era el dios de las aguas terrestres. Muchos dioses están conectados con el agua y la tierra. Hoy en día, la sociedad zaza otorga mucha importancia a estos dos elementos.

En la tradición de los hititas, sobre todo a través de sus creencias, se destaca una gran importancia de las fuerzas de la naturaleza como las montañas, los ríos, la tierra y el agua. En virtud de sus creencias, se dedicaban a practicar varios ritos que todavía hoy podemos encontrar entre los zazas alevís. Así como para los hititas y los sumerios, a día de hoy para los zazas ciertas montañas tienen un sentido sagrado. Por ejemplo, en la región de Dersim, Xızır Baba, Goşkar Baba y Düzgün Baba hay montañas consideradas como sagradas; los zazas van allí para rezar y combatir así sus problemas, protegerse de maldiciones, de desgracias y otras calamidades.

Para hacer desaparecer la memoria de los zazas, intentaron apropiarse de sus creencias. Así pues, se crearon divisiones entre aquel pueblo con los alevís sunitas y otras confesiones.

La identidad y el universo del pueblo autóctono zaza fueron negados y su importancia aminorada por medio de las creencias. Pero nadie necesita ser musulmán, judío o cristiano para creer en Dios. A lo largo de la historia, cada pueblo ha rezado y reza todavía en su lengua materna, según diversos ritos, dedicando templos a su dios o a una autoridad natural dotada de un juicio que le es propio.

En el pasado, ni los hititas, ni los iraníes, ni los asirios rezaron a Dios en árabe. Al contrario, tal como está escrito en los archivos cuneiformes, los habitantes del viejo mundo rezaban en una única lengua (el sumerio) al dios Enlil.

Igual que los hititas, los zazas consideraron que las montañas, los ríos, los lagos y la tierra tenían un significado sagrado. Por eso llamaron a algunas montañas con los nombres de las divinidades siguientes: Xızır Baba, Goşkar Baba y Düzgün Baba. En la medida en que el padre es a la vez fuerte y protector, de nuevo igual que los hititas, los zazas otorgan un sentido a la grandeza, la fuerza y la protección a través de las montañas, razón por la cual las bautizaron así.

Baba en hitita y papan en urartu son adjetivos comunes de los dioses-montañas. En zazaki, “pie” se llama nıng y pa.

El término baba en su forma pa-pa designa “el pie de Dios” y en la lengua del pueblo zaza quiere decir nınga o lınga Xızı’i, es decir, “el pie del protector, del salvador”.

El término wati en zazaki significa “torno”. Así pues, las montañas volcánicas así como las colinas simbolizan la imagen de la rotación del sol y de los planetas, a la manera de un torno, a su alrededor (llamado vıta o sayeke en zazaki).

Vıta ardo meydon quiere decir en zazaki “aquí fue hallado” o “aquí fue creado”.

La importancia que otorgaron los hititas y los sumerios a las montañas y a la naturaleza, todavía hoy la encontramos en los zazas alevís a través de varios ritos.

Los ritos ancestrales de los zazas tienen muchas semejanzas con los de los hititas y sumerios. Entre los hititas, las cimas de las montañas eran consideradas como sombreros que tenían forma de cono. Entre los zazas, esa imagen se interpreta como el sombrero de Dios. Esas montañas representan a los dioses del universo y del sol. Por lo tanto, el sol que gira alrededor de nuestras cabezas es el sombrero de Dios. Además, el sombrero de uno de los jefes de los alevís, Hadji Bektach, tiene forma de doce haces del sol hatti que está decorado con estrellas.

En Varto, el padre Gunni decía a su hijo: “hijo mío, el sombrero que tengo en la cabeza gira, si lo lanzo, el mundo quedaría en ruinas”. Este dicho muestra que el cono de Dios representa el universo y el sol.

Las montañas dedicadas al dios solar y al dios de la tormenta, como Düzgün Baba (padre) son representadas con la imagen de un toro llevando el sombrero hitita (en forma de cono).

Por lo tanto, las sílabas ga y ko en zazaki significan “toro” y “montaña”.

El nombre de Zargovit quiere decir en zazaki “la montaña de los sombreros de cono” y Sare Ko-i (Wete) significa “montaña que saca la cabeza”.

Düzgün Baba en Nazımiye es un dios de la montaña cuyas raíces se remontan a los hititas, a los sumerios y a los lulubis.

La divinidad que se encuentra en la ladera de esta montaña se llama Ziyarge Sarru Ga Wati, que significa en zazaki “la divinidad con cabeza de toro”.

El antiguo director general para la protección de la naturaleza y del patrimonio cultural del Ministerio de Cultura de Turquía, Kemal Soyer, pudo analizar las investigaciones y los hallazgos arqueológicos sobre las antiguas civilizaciones de Anatolia que se llevaron a cabo en Turquía. Sus investigaciones se pueden considerar como fiables y reflejan la realidad de los hechos en lo que concierne al pueblo zaza. Por esa razón recurriremos en varias ocasiones a sus análisis para que el tema quede lo más claro posible para el lector.

Las conclusiones que aquí se presentarán son el resultado de los hallazgos arqueológicos del yacimiento de Yazlikaya (en Turquía). Las primeras excavaciones en Hattusa empezaron en 1893 y 1894, luego en 1906, los alemanes Hugo Winkler y Teodor Makridi del Museo Arqueológico de Estambul descubrieron archivos hititas con una escritura cuneiforme.

Miles de tablillas de arcilla cuneiformes extraídas de esos archivos han proporcionado información importante sobre los hititas y la historia de la ciudad, los dioses hititas y los sumerios. Así fue como se supo que el nombre de Anatolia, en el sentido de “hogar de Dios”, es Kur Uru Hatti (Hattusa).

También se supo que el templo de Yazilikaya, que estaba decorado con relieves que representaban a unos cuarenta alevís, era un lugar de reunión de los dioses hititas en ocasión de las ceremonias del año nuevo.

La vestimenta y el desarrollo de las ceremonias que se hacían en aquel templo son idénticos a lo que hacen los zazas hoy en día para celebrar el año nuevo mediante diferentes festividades, danza, preparación de comidas, juegos, ofrendas, etc.

En la página siguiente, la primera ilustración aborda los doce dioses hititas (con el sombrero en forma del cono Bektachi) que caminan de la mano para la ceremonia de año nuevo, en el templo de Yazlikaya, son los dioses Tesup, Hepat, Sarruma (los dioses de la montaña, de las plantas y de los ríos). Esta ceremonia religiosa hitita tradicional continúa dándose entre los zazas ; la segunda ilustración es la representación contemporánea.

Invocación de los grandes dioses hititas en la Oración de Muwatalli en la Asamblea de los Dioses (o al dios de la tormenta y del rayo).

Relieve que representa la procesión de los doce dioses,

cámara B, Yazilikaya, Turquía.

Como en la época de los sumerios y los hititas, todavía a día de hoy el pueblo zaza celebra el día de la primavera con una ceremonia sencilla en la cima de las montañas, haciendo ofrendas. Hawtemalo (20 de marzo) o Newê Marti (22 de marzo)

Entre los zazas alevís de hoy en día, el camino (yol) se refiere al camino recto y un dios del culto de los hititas.

El culto al dios de la tormenta, en Anatolia, data de diez mil años antes de Cristo, y en continuidad con los ritos de los sumerios, hattis, hititas y hurritas, ciertos rituales han llegado hasta nuestra época, como los del lago de Zeliha en Şanlıurfa, el lago de Hamurpet en las fuentes de Khızır (Hızır) en Varto, los lagos de Hazarşah en Bingöl, el lago de Hazar en la montaña de Hazar Baba en Elazig, los ritos y las ceremonias que se practican todavía hoy para atraer la lluvia en las montañas sagradas de Varto como Goşkar Baga y Hazar Baba.

Los antiguos pueblos de Anatolia dedicaron sus tierras al dios de la tormenta, que las fertilizó con la lluvia, la nieve y el hielo, así pues la tierra de Anatolia se convirtió en propiedad del dios de la tormenta desde hace miles de años.

El nombre del dios Sarruma se traduce en zazaki por Rama-Hakk, que significa “misericordia, cultivador” y rameno o Rahma Eli que signfiica “gracias a Eli”. Las tierras de Anatolia que fueron antaño llamadas Rahma Eli se llaman en la actualidad Rum Eli, en razón del dios aleví Sarumma Eli. Sarumma significa en zazaki “nuestro pueblo”.

Para impedir que el pueblo zaza tuviera conocimiento sobre su pasado, las autoridades sucesivas en Anatolia deformaron ciertas apelaciones. Por ejemplo, Rama Eli que significa en zazaki “el derecho de Dios” se transformó en Rum Eli, que quiere decir en turco “el país de los griegos”, mientras que Rama Eli no tiene nada que ver con esta denominación turco-otomana.

La principal divinidad hitita es el dios de la tormenta de Hatti (nombre hitita desconocido, Taru en hatti, Tarhun, Tarhunta o Tarhunna en jeroglíficos luvitas)

, que tiene su gran templo dedicado en Hattusa. Existen otros dioses de la tormenta en las ciudades hititas como Nerik, Zalpa o Zippalanda. La otra gran divinidad es la diosa-sol Arinna, salida de la cultura hatti, donde se conoce por el nombre de Wurusemu. Estos dos grandes dioses son finalmente asimilados a las divinidades hurritas Teshub y su paredra Hebat. Los hititas veneraron a otras divinidades que surgieron de la cultura hatti, como Telipinu, dios de la fertilidad, Khalmasuit, la diosa-trono, Inara, dios creador de Hattusa, Wurunkatte, dios de la guerra.

Los sacerdotes masculinos eran llamados en los textos con términos sumerios Sanga y Gudú, y las sacerdotisas más importantes eran llamadas Ama.Dingir-mil (madre de dios).

El dios del tiempo fue identificado con el monte Zaliyanu (Zalimonu significa “los crueles”), cerca de Nerik, responsable de la lluvia en las tierras cultivadas de la ciudad.

Arma (o Aşma) significa en zazaki “la luna”. El dios menor de la luna es Luwian.

Algunos dioses podían ser representados mediante figuras animales, como el ciervo de las divinidades protectoras, y varios dioses tenían un animal-tributo que los simbolizaba, por ejemplo el toro para el dios de la tormenta.