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David, La Esperanza Perdida
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David, La Esperanza Perdida

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Ademаs, tener un hijo no se consideraba una boca mаs que alimentar como hoy en d?a, sino un brazo mаs para trabajar y contribuir a la econom?a familiar.

De forma que cuantos mаs hijos se tuviesen la familia se garantizaba su supervivencia, gracias a tantos trabajadores, en cambio aquellas parejas que no consegu?an concebir hijos se consideraban que se extinguir?a con ellos su linaje.

Pero volviendo a la anеcdota, estos dos jоvenes marcharon por el campo, y para acortar camino, bajaron a una torrentera que por all? hab?a, pero que en esos momentos no llevaba agua ninguna.

Es habitual que estos sitios permaneciesen seco durante el verano y en la еpoca de lluvias recuperaba su caudal, siendo entonces incluso intentar atravesarlo debido a que pod?an llegar a arrastrar a una persona por la fuerza con la que bajaba el agua de las monta?as.

Pues bien, tal y como hacen los peque?os que, aprovechan cualquier oportunidad para jugar, as? hicieron los dos saltando de piedra en piedra, sin percatarse que algunas estaban sueltas, de forma que el amigo dando un salto pisо sobre una redondeada que se hundiо bajo sus pies perdiendo el equilibrio y se cayо, y se hizo da?o en una pierna de tal manera que chorreaba mucha sangre y no pod?a andar.

Ahora dir?ais que ser?a una herida externa o algo parecido, donde se hab?a roto el hueso. Bueno, pues llamо a David que iba delante, y cuando еste estuvo a su lado, vio que la cosa era seria, y lo que hizo fue lo siguiente.

En primer lugar, darle un fuerte golpe a su amigo en la cabeza, con lo cual el otro quedо atontado, y en ese momento cogiо el pie, y dio un fuerte tirоn hacia еl, ya que estaba situado de frente a su amigo, y еste tumbado boca arriba, y el amigo profiriо un gran grito, pero al punto se le calmо bastante el dolor de la pierna.

Entonces, quitando algunas piedras que ten?a all? cerca dejо un peque?o hueco limpio de ellas, y cavо con las manos en el fondo de la torrentera, y saliо un poco de arena mojada, pues, aunque la superficie parec?a seca, todav?a por debajo quedaba la humedad de las lluvias pasadas y del roc?o de la ma?ana.

Sacando aquella tierra mojada se la puso en la herida sangrante, y de esta forma con la arena, a modo de cataplasma, tal y como hab?a visto hacer a su madre con algunas hierbas y barro, pero de las primeras no ten?a, ni sabr?a cuаl coger en caso de tener cerca, pero su intervenciоn funcionо y dejо de salir sangre.

Mаs como segu?a de todas formas saliendo un poco, resolviо poner al final un torniquete, ya que pensо que, el cuerpo humano era igual al de los animales que cuando se les ata una pata se les corta la hemorragia, y se lo puso a su amigo. Y esto sucediо cuando solo ten?a siete a?os.

Mаs mirar que tambiеn pensо, y as? le dijo a su amigo que, se marchaba a buscar ayuda, y еste dijo que no, pues sab?a que por aquellos parajes hab?a animales carniceros que, se alimentaban de ganado, y de los pastores cuando pod?an.

Por tanto, ser?a una presa fаcil, ya que malherido y en la posiciоn que estaba ten?a dif?cil defenderse en el caso de que alg?n rapi?ero le quisiese atacar, atra?do por el olor de la sangre que hab?a manchado las rocas que ten?a debajo suya.

Ademаs, tumbado como estaba le ser?a dif?cil usar bien el cayado para evitar que alg?n animal decidiese atacarle mientras estaba solo.

Y para complicarlo a?n mаs y como no sab?a cuаnto tardar?a en llegar con ayuda, pensо que, si ca?a la noche antes de que volviese en su auxilio, si no hab?a sido pasto de las fieras lo ser?a del fr?o ya que en estos parajes puede llegar hasta helar, lo que unido a la debilidad que ten?a el joven por la sangre perdida, hac?a que fuese dif?cil que sobreviviese sin el calor de una candela.

Ante este panorama y viendo que no durar?a mucho si se iba, insistiо implorando en que no se fuese y le dejase sоlo all? tirado.

David no ten?a una fаcil decisiоn, pues еl no pod?a cargarle tanto como para llevarlo a donde recibiese ayuda, ni tampoco pod?a dejarle sin atender ya que su pierna estaba empezando a tomar un color diferente y eso no era buena se?al, ya que, aunque conoc?a cоmo poner un torniquete porque lo hab?a visto hacer, nadie le hab?a explicado que ten?a que ir soltando de vez en cuando la atadura, para que la pierna no se gangrenase.

Hay que indicar que en aquel entonces, el conocimiento sobre medicina estaba reservado a eruditos y consejeros, los cuales atend?an a la familia Real y a los pr?ncipes de palacio, mientras que el resto de la ciudadan?a se ten?a que conformar con las tradiciones orales y algunos ung?entos para saber quе hacer, pero en las poblaciones mаs alejadas como en este caso, el conocimiento proven?a de la prаctica, y en muchos casos del error cometido, por ejemplo, al atender a alg?n animal.

Es por ello que era habitual que cuando una persona sufr?a una herida tan grave como la de aquel joven, al final perdiese la pierna como medida para evitar que se extendiese la cangrena, lo que se consideraba una infecciоn.

Medida que a pesar de parecer de tiempos antiguos todav?a hoy en d?a se adopta en el caso de algunas enfermedades de tipo circulatorio, como por complicaciones de diabetes.

Ante este panorama David tras reflexionar sobre las alternativas que ten?a lo que hizo fue lo siguiente. Buscо buena cantidad de ramas y hojas que suele haber en los cursos de los r?os, a pesar de estar estos secos, y las mojо con la arena h?meda que hab?a sacado del peque?o hoyo que acababa de excavar, y las puso apoyadas unas sobre otras formando un c?rculo, haciendo una chimenea, dejando el centro hueco, el cual rellenо con hojas secas.

Luego con el pedernal que siempre llevaba encima, las golpeо con fuerza y con las chispas que salieron se hizo fuego y prendiо todo aquello con hojas secas que hab?a reservado sin mojar, y as? al punto saliо una gran humareda, y desde lejos la vieron y pensaron que podr?a ser alguien en peligro, pues era forma de avisarse por aquellas tierras de que algo malo suced?a.

Aunque no se sab?a quе pod?a ser, era la manera de pedir ayuda o de comunicar que ven?an tropas enemigas, aunque estos ?ltimos avisos se sol?an hacer desde sitios elevados para que pudiese verse a una mayor distancia.

Con lo que ya solo era cuestiоn de tiempo para que alg?n pastor lo viese y viniese en su auxilio, o al menos a ver quе suced?a y cuаl era el motivo de aquella humareda.

David mientras tanto acercо al joven a la fogata, sin moverle demasiado la pierna para que entrase en calor, ya que hab?a perdido mucha sangre y empezaba a perder el tono de color habitual.

Al poco acudiо un hermano suyo, el que estaba mаs cerca, y viendo la gravedad de la situaciоn, cogiendo al muchacho se lo llevо para que le pudieran atender lo antes posible.

La alternativa era esperar que alguien con mаs experiencia y conocimiento viniese a atenderle all? mismo, tal y como se hace hoy con la visita de los mеdicos al domicilio, pero la gravedad del muchacho lo desaconsejо.

Esto fue muy comentado, pues el ni?o contо lo que le hab?a hecho, y ?nicamente la gente no comprendiо por quе le hab?a pegado tan fuerte en la cabeza.

Cuando le interrogaron por esta cuestiоn, David les contestо que, si no lo hubiese hecho, no le hubiese dejado acercarse a su pierna, pues le dol?a mucho.

Vieron que dec?a la verdad, y as? tambiеn pensaron que, ten?a una gran sangre fr?a y a alguien le dio por decir que, en su mente hab?a unas cosas que no eran humanas y que pod?a ser un elegido.

Mаs verеis que, ocurrieron tambiеn varios eventos despuеs que lo confirmaron.

Uno de ellos fue el siguiente. Estando por all? un profeta que era servidor del ALT?SIMO, le fue mandado que ungiera al que se le indicase, y as? le enviо al pueblo que all? hab?a.

Estas personas eran respetadas por donde fuesen, ya que se sab?a que ten?an la capacidad de escuchar y que hab?an dedicado su vida a obedecer, una labor para la que no todos estaban preparados, ya que supon?a renunciar a todo para ir donde se le mandase.

Еl estuvo en el pueblo, y a cada uno que ve?a se deten?a frente a еl y preguntaba,

??Es еste, SE?OR?

??No! ? se le dec?a.

Esto lo repitiо una y otra vez, con cada uno de los habitantes del lugar y siempre recib?a la misma negativa por respuesta.

Los aldeanos que le ve?an acercarse, pararse delante de la persona e irse, no dec?an nada, extra?ados de aquel comportamiento, pero tampoco trataban de entender a un profeta, pues sab?an que estaba obedeciendo en todo momento.

Ya estando sin saber quе hacer, vio que en las afueras hab?a muchas ovejas y hab?a casa tambiеn, pero pensо que no pod?a ser, pues еl buscaba el elegido entre los principales y los mаs cultos.

Ya que estos desde peque?o eran adiestrados en las artes y en los estudios, de forma que fuesen l?deres para su pueblo y que pudiesen conseguirle prosperidad.

As? a algunos se les preparaba como negociantes, a otros en idiomas y a los que no cre?an que ten?an posibilidades se les ense?aba un oficio, el de sus padres para seguir la tradiciоn familiar.

Una selecciоn por castas bien diferenciadas donde no se permit?a que hubiese mezclas, as? el principal nunca se rebajaba a labores del campo, ni el campesino aspiraba puestos de mayor responsabilidad que el que hab?a realizado su padre, y el padre de este.

Todos desde el principio y en funciоn de en quе familia hubiese nacido ten?an claro cuаl ser?a su futuro, a pesar de lo cual en ocasiones se produc?an excepciones como la que se comenta.

Ante la falta de respuesta positiva el profeta se dijo, “?Veremos quе hacemos!”, y se puso en mitad del pueblo y as? mirando hacia el norte preguntо,

??Es en esa direcciоn, SE?OR?

??No! ?se le contestо.

Y volviо a hacer la misma pregunta hacia el sur, y obtuvo la misma respuesta, y as? sucediо en las otras dos ocasiones, y esto ya le desconcertо mаs, y le preguntо al SE?OR,

??Es en este pueblo?

Pues ya pensaba que hab?a entendido mal, y se le dijo,

?S?, pero la direcciоn no me la has preguntado.

?SE?OR, dime la direcciоn ?dijo el profeta.

??Pensaba que no aprender?as nunca! ?se le contestо?. ?Por quе no empiezas siempre por preguntar?, y yo te digo dоnde, y no como haces que, me preguntas de forma que ?nicamente te puedo decir s? o no.

El profeta comprendiо la ense?anza y con humildad la aceptо, y as? se le dijo,

?Ves hacia abajo ?ya que los pueblos estaban en alto, para defenderse mejor de sus enemigos.

Cuando estuvo abajo volviо a preguntar y se le dijo,

?Ahora ves hacia aquella casa que ves y pide al padre que te muestre a sus hijos, te dirе cuаl de ellos es.

Esto hizo, llegо a la casa y se presentо al padre, despuеs de darse a conocer, le dijo que quer?a ver a sus hijos para ungir a uno de ellos.

Una situaciоn nada habitual y menos en una localidad tan peque?a, en donde todos hab?an o?do hablar de profetas, pero no todos hab?an tenido la posibilidad de encontrarse con uno, y menos que se presentase en la puerta de la casa.

Como era la costumbre se le hizo pasar, para descansar y le ofrecieron alimentos, pero еl los rechazо diciendo que primero ten?a que cumplir la misiоn que se le hab?a encomendado y luego podr?a compartir la mesa con ellos.

El due?o de aquella casa pidiо a las mujeres que preparasen un fest?n para el invitado, ya que no todo los d?as se recib?a una visita de alguien tan destacado como era un profeta.

El padre medio asustado, medio impresionado, pues que un profeta estuviera en su casa, y que quisiera urgir a uno de sus hijos, ?eso era ya demasiado!, as? mandо pasar a todos ellos menos uno que no estaba.

Primero mandо al que еl mаs quer?a, su hijo mayor y sucesor por derecho de todos sus bienes cuando hubiese fallecido como era la costumbre de la еpoca, pero este no fue aceptado.

Luego hizo pasar al siguiente por edad y no fue aceptado, luego al tercero y no fue aceptado, y as? fue descendiendo, y cuando terminо con todos y eran muchos, ya dije que no ten?an televisiоn en aquellos momentos, el profeta preguntо,

??No tienes mаs?

??S?! ?le contestо?. Tengo al peque?o, pero estа cuidando el ganado.

??Ve y manda a buscarle! ?dijo el profeta?, pues tenemos que esperarle y no comeremos hasta que еl no llegue, y lo haga con nosotros.

Uno de los hermanos saliо corriendo en su b?squeda, cuando le hallо y despuеs de quedarse vigilando el ganado mandо marchar al menor a casa sin darle explicaciоn alguna.

Llegando le estaban esperando a la entrada de la casa la madre junto con otras mujeres y esta le dijo mientras le entregaba unas prendas,

?Cаmbiate corriendo y ponte esta ropa que tenemos visita.

El joven todav?a no entend?a a quе ven?an aquellas prisas, aunque era habitual que cuando hab?a visitas se usasen prendas diferentes, as? que obedeciо sin comprender lo que acontec?a y una vez hecho se dirigiо a la sala donde se encontraba su padre.

El ni?o entrо en la habitaciоn y el profeta acercаndose al еl y poniеndose de frente, el SE?OR le dijo,

??Este es, ?ngele!

?El SE?OR me dice que unja al ni?o ?dijo el profeta y dirigiеndose al padre le preguntо?. ?Puedo hacerlo?

El padre contestо que s?, aunque sin entender muy bien cоmo su hijo menor iba a ser digno de aquello, pues con la corta edad que ten?a, no hab?a hecho nada para ser merecedor de tal honor.

As? se le dijo a David que se descubriese, lo que el joven hizo quitаndose la ropa que acababa de ponerse.

Con aceite que el profeta tra?a, lo derramо por la cabeza del ni?o, y este aceite corriо por su cuerpo hacia abajo, pues le hab?an desnudado, y con еl fue marcado en el pecho y en la espalda, y tambiеn sus manos puestas hacia arriba, y su vientre, y luego se le dijo,

?Ahora sacarlo al patio, y ba?arle, pues ya estа ungido.

El padre que pensaba que era otra cosa, dec?a que no, que no se le ba?ase, ya que eso ser?a cоmo borrar aquella se?al que hab?a recibido.

El profeta, viendo lo que dec?a el padre, cogiо tierra del suelo y se la echо al ni?o, y se pegо en su cuerpo, y as? le preguntо,

??Acaso quieres que tu hijo estе tan sucio?

El padre comprendiо la lecciоn, y llamо a la madre y a otras mujeres para que le ba?asen, y lo hicieron y despuеs comieron todos.

?De esto no se tiene que enterar nadie ?dijo el profeta mientras com?a?, pues su vida peligra por ello, pues el estar ungido, quiere decir que un d?a serа Rey de Israel, y el que estа ahora no querrа dejar de serlo, pues un d?a tambiеn lo fue еl, mаs ahora es indigno de ocupar el puesto, y aunque a?n estarа en еl largo tiempo, alg?n d?a serа este ni?o el que dirija al pueblo entero.

Dicho todo esto el profeta se fue agradeciendo por la hospitalidad recibida a la vez que remarcaba la importancia de mantener el secreto por el bien de todos.

Una vez que se fue algunos de los hermanos protestaron por no ser ellos los ungidos, pero a pesar de los celos que hab?a despertado aquella situaciоn lo guardaron en gran silencio, pues nadie quer?a que fuera muerto, pues de haberse dicho a alguien, se corr?a el riesgo de que las noticias llegasen a palacio, y que al no saber cuаl de los hermanos era el ungido, el Rey ordenase dar muerte a todos, y con ello acabar la amenaza de que alg?n d?a le arrebatasen el trono.

Esto que ahora puede parecer exagerado, era habitual en aquellos tiempos, donde incluso se llegaba a matar a los hermanos y la familia de estos, para evitar que pudiese reclamar el reinado al enfrentarse con su hermano.

El acontecimiento que se ha dicho era ya siendo casi un hombre, pues ten?a ya doce a?os, mаs mirar que esto de los a?os es una forma de hablar, pues los tiempos de antes, y son por referencias que se tienen escritas por donde se sabe, dec?a que los tiempos de antes, se contaban de forma distinta a los de ahora, haciеndose por las lunas, y por las cosechas.

De esta forma casi siempre acertaban cuando era primavera, pero еsta a veces se retrasaba, y resultaba que en realidad el a?o aquel hab?a durado quince meses de ahora o, por el contrario, el siguiente solamente ten?a nueve.

As? pues, es ?nicamente como referencia de que era muy joven, aparte de que vosotros sabеis que, en los pa?ses donde hace mucho calor, los hombres, y sobre todo las mujeres, se desarrollan mucho antes, as? en algunos pueblos de Аfrica, es corriente que existan madres a los trece a?os, y son mujeres completamente desarrolladas, y tienen sus hijos normales, en contrapartida la esperanza de vida suele ser de unos escasos cincuenta a?os,

Muy al contrario de lo que sucede en los pa?ses llamados desarrollados donde el momento de tener hijos se va retrasando mаs allа de los veinte a?os, pero en cambio tienen una esperanza de vida superior pudiendo vivir por encima de los setenta a?os.

Cap?tulo II. La Visita del Rey

Pasо por all? una vez el Rey que en aquel tiempo ten?an y que su nombre era Sa?l, y que tambiеn hab?a sido ungido, y cuando el Rey pasaba, siempre hab?a fiesta, y se hac?an canciones al Rey y a sus haza?as, un poco lo que suced?a en Castilla en tiempo de los se?ores feudales que, sal?an trovadores a cantar las haza?as de sus se?ores.

Esta es una forma de mantener fresca en la memoria de sus habitantes a quiеn deb?an pleites?a, pues es sabido que aquel pueblo que no atiende adecuadamente a su Rey es exterminado como castigo y ejemplo al resto de las localidades.

Pues dec?a que, se ten?a noticias de que iba a pasar por all? el Rey, y el que mandaba en el pueblo llamо a todos y les dijo que ven?a el Rey, que tendr?an que matar unos cuantos corderos, y sacar el vino de la cosecha, y cocer pan y demаs, todo para agasajar a tan distinguido invitado.

As? con la participaciоn de casi todos los aldeanos, pronto estuvo todo preparado para cuando llegara, mаs como ?nicamente iba de paso, se encontraron con que ni siquiera parо, y siguiо su camino, y a todos les molestо que despuеs de la mortandad que hab?an hecho de los reba?os, ni siquiera los hubiera probado.

Estando en esto, David que ya ten?a la edad de quince a?os llegо del monte de estar cuidando el ganado y de esto еl nada sab?a, y se enterо del desplante hacia el pueblo.

Hab?a llegado justo cuando el Rey hab?a pasado, quien iba a caballo y como llevaba escolta a pie se andaba despacio.

Se enterо de todo, y preguntо el tiempo que hac?a que hab?a pasado el Rey y se le dijo que, aquella polvareda que se ve?a a lo lejos era de еl.

El joven no se lo pensо e indignado por la situaciоn quiso hacer algo en justicia para compensar aquella afrenta, y sin decir nada a los demаs al punto se marchо al monte, ya que de trabajar todos los d?as all? lo conoc?a muy bien, y siguiendo por este, llegо a un sendero del camino antes que el monarca, y se plantо all? en medio.

Otro hubiese sido mаs juicioso y hubiese dejado pasar la situaciоn, ya que no se trataba de cualquier persona sino el Rey, al cual se le estaba permitido todo, como era la costumbre, pero David ten?a otros planes.

Cuando llegaron los primeros guardias, le dijeron que se apartara, y еl no se apartо, y ten?a la honda en la mano y un buen pu?ado de piedras de las que se mata a las bestias del campo cuando atacan al ganado, de las grandes.

Los soldados vieron que no se mov?a, a pesar de lo cual quisieron pasar con los caballos, y еl cogiendo una piedra, dio en la grupa del primero que al sentir el dolor se encabritо, y dio con el jinete en el suelo, y los caballos de los demаs se asustaron.